sábado, 23 de febrero de 2013

Un informe secreto revelaría un 'lobby' gay en el Vaticano


Benedicto XVI se va dentro de siete días y desde el miércoles el Vaticano está aún más patas arriba, con la explosiva revelación del supuesto contenido del informe secreto de 'Vatileaks' encargado por el Pontífice. Lo firman tres cardenales 'detectives' de confianza, el español Julián Herranz, el eslovaco Josef Tomko y el italiano Salvatore De Giorgi. Ya había trascendido que su contenido era "demoledor" y que el dossier definitivo, una 'Relationem', le fue entregado el pasado 17 de diciembre, momento que habría precipitado su decisión de renunciar. Pero 'La Repubblica' dio este jueves por primera vez los detalles: en dos tomos de 300 páginas se retrataría un mapa de grupos de poder en el Vaticano, aglutinados por órdenes religiosas o procedencia geográfica, entre los que destaca un 'lobby' gay, algunos de cuyos prelados han sido víctimas de chantajes por parte de sus amantes, laicos a los que están ligados por vínculos de "naturaleza mundana". Habría una auténtica red de extorsión que entraría de lleno en las luchas de poder. "Todo gira en torno al incumplimiento del sexto y el séptimo mandamiento", ha dicho al diario una fuente cercana a los autores del informe. El sexto es no cometerás actos impuros. El séptimo, no robarás.

Todo nace cuando el Papa encargó en abril de 2012 una investigación interna del caso 'Vatileaks', las filtraciones de documentos que salían en la prensa y sacaban a la luz trapos sucios de la Santa Sede. El escándalo culminó en mayo con la publicación de un libro con medio centenar de papeles y el arresto del mayordomo del pontífice, Paolo Gabriele, acusado de ser el ladrón de documentos. Procesado y condenado en un juicio que fue una pantomima y que no profundizó en las complicidades de las altas esferas, fue indultado antes de Navidad. De ese modo el caso se cerró en falso de cara a la galería. Pero de puertas adentro trabajaban en serio los tres cardenales 'detectives'.

Sin declaraciones

"No esperéis comentarios, desmentidos o confirmaciones sobre este tema", replicó ayer lacónicamente el portavoz vaticano, Federico Lombardi, a las primeras preguntas acerca de la cuestión. Hay muchas, porque en realidad la información de 'La Repubblica' da pocos datos y, escrita en un estilo nebuloso común en la prensa italiana, más que nada sugiere entre líneas, uniéndose a rumores que ya circulaban en Roma. Pero lo poco que dice es un bombazo, y hoy anuncia una segunda entrega. Habla de encuentros sexuales en las propias estancias vaticanas, en una sauna del barrio romano de Quarto Miglio, en un chalé fuera de Roma y en un centro estético del centro de la capital. También cita una residencia universitaria en Via Trasone, cedida en alquiler a una entidad privada, pero que Bertone luego reclamó para que fuera el domicilio romano "de un arzobispo veronés".

Ahora cobran relevancia dos viejos escándalos que en su día llegaron a la prensa, en 2007 y 2010, pero fueron tapados y olvidados rápidamente. El dossier habla de ellos. Uno es de un alto prelado del Vaticano llamado Tommaso Stenico, cazado por la cámara oculta de un programa de televisión italiano. Fue en octubre de 2007. El programa le contactó a través de páginas gay de Internet y envió un cebo con una cámara al encuentro. Las imágenes borraron la cara del cura, pero fue reconocido en Vaticano porque le recibió en su propio despacho de la Curia, en la Congregación del Clero. Stenico, que llevaba 25 años en la Curia y es psicólogo, se explicó de forma peregrina diciendo que no era gay y solo era una estratagema para infiltrarse en estos círculos y "desenmascarar curas homosexuales". Era parte del trabajo de preparación, decía, de un libro sobre la homosexualidad en el clero. Fue suspendido y la Santa Sede anunció una "limpieza interna". Llevó la investigación el cardenal Herranz, el mismo del informe Vatileaks. "Es un caso aislado", aseguró.

Pero más escándalo causó en 2010 el descubrimiento de una red de prostitución masculina dirigida por un nigeriano, Thomas Ehiem, que cantaba en un coro de San Pedro. Algunos de los chicos, según se deducía de las conversaciones grabadas, eran seminaristas. Ehiem, que fue expulsado de inmediato, estaba registrado como religioso en el padrón, pero el Vaticano lo negó y sostuvo que era un laico. El asunto salió a la luz de rebote en las escuchas practicadas a Angelo Balducci, alto cargo político arrestado en el gran escándalo de corrupción de Protección Civil. Pero Balducci, que mantenía encuentros frecuentes con chicos a través de esta red, estaba además muy metido en el Vaticano y era desde 1995 'gentiluomo' de Su Santidad, un selecto círculo honorífico que participa en las ceremonias del Papa. Con buenos contactos en la jerarquía se pudo introducir en el negocio de los grandes contratos con el Vaticano y en la gestión de su patrimonio inmobiliario. Organizó el Jubileo de 2000, grandes eventos religiosos y gestionaba proyectos de construcción como asesor del cardenal Crescenzio Sepe, actual arzobispo de Nápoles, que también es investigado en el mismo caso de corrupción.

Grabaciones

Entonces fueron publicadas conversaciones muy explícitas grabadas durante dos años, cuando a Balducci le ofrecían el menú anatómico disponible: "No te digo más, dos metros de alto, completamente activo"; "Tengo un alemán recién llegado"; "Tengo dos negros"; "Tengo un futbolista"; "Tengo un bailarín de la RAI",.... Alguna llamada se registró durante una audiencia con un cardenal. Balducci también fue expulsado y borrado del Anuario Pontificio, un caso rarísimo. El único precedente fue en 1983, con el empresario Umberto Ortolani, al descubrirse que era uno de los jefes de la logia masónica P-2, relacionada entre otras cosas con el escándalo del IOR, el banco vaticano.

En la 'Relationem' aparecería también un personaje secundario pero cada vez más frecuente en el trasfondo de los últimos escándalos vaticanos: Marco Simeon. Es un joven de 33 años que se considera protegido de Tarcisio Bertone, el secretario de Estado, y que de forma inexplicable ha tenido una carrera fulminante. Gracias a contactos privilegiados con peces gordos que le enchufaron con solo 26 años primero en Capitalia y luego en Mediobanca, dos grandes bancos italianos, para llevar sus relaciones con el Vaticano y el IOR. Su nombre salió a la luz por primera vez en el escándalo de la P-4, una asociación ilegal de tipo masónico con fuertes conexiones en la política, que trabajaba para condicionar procesos y concursos públicos. Su cerebro era Gigi Bisignani, poderoso 'fontanero' de la política italiana desde los noventa. Simeon sería su hombre en el Vaticano. Fue también asesor de Banca Intesa y al final Bertone lo enchufó como director de RAI Vaticano, hasta que el otro día, en una señal para los enterados del ocaso del poder de Bertone con el fin del pontificado, fue destituido. Tenían tal complicidad que las malas lenguas decían que Simeon era hijo de Bertone. Hasta se lo han preguntado en entrevistas y él simplemente ha replicado: "Me parezco demasiado a mi padre". Es hijo del gestor de una gasolinera en Sanremo. En el informe 'Vatileaks' se citaría como uno de los lugares de citas eróticas un centro estético de su propiedad, cercano a la universidad de Roma, llamado 'Priscilla'.

Simeon salió a escena en 'Vatileaks' en una de las primeras cartas filtradas, la del actual nuncio en Washington, Carlo Maria Viganò, que interpretó su envío a EE UU como un castigo por intentar hacer limpieza en el Vaticano, donde era secretario del Governatorato, el órgano que gestiona el pequeño estado. Denunció al Papa "corrupción arraigada" en la Santa Sede y el 8 de mayo de 2011 envió una carta a Bertone en la que aseguraba que había una operación de desprestigio contra él. Entre las muchas acusaciones apuntaba a Simeon y aseguraba que era algo, un término censurado con la palabra 'omissis' (omitido) en la carta publicada: "Él mismo es 'omissis', y su 'omissis' me ha sido confirmada por prelados de la Curia y del servicio diplomático". Ya entonces en Italia se aventuró que se hablaba de homosexualidad, o quizá de masonería.

Simeon, por último, fue incluido por Ettore Gotti Tedeschi, el presidente del IOR destituido en mayo de 2012 en plena guerra de poder con Bertone, en la lista de quienes habían maniobrado contra él por pretender hacer limpieza en la entidad. 'La Repubblica' afirma que los cardenales 'detectives' también se han ocupado del IOR: han interrogado a Ettore Balestrero, de 47 años, un hombre de Bertone en la secretaría de Estado, y se han interesado en el reciente nombramiento del nuevo director de la autoridad financiera de la entidad, René Bruelhart, un abogado financiero suizo de 40 años.

Este material llegó en toda su crudeza a oídos de Ratzinger el 9 de octubre. Los cardenales 'detectives' le hablaron por primera vez de homosexualidad en los muros vaticanos y de "impropriam influentiam", es decir, de chantajes. Dos días después, el Papa habló en el aniversario del Concilio Vaticano II: "En estos años hemos aprendido que el pecado original existe, se traduce siempre en pecados personales que pueden convertirse en estructuras de pecado. Hemos visto que en el campo del Señor hay siempre cizaña. Que en la red de Pedro hay peces malos". Fue una más de sus duras críticas de estos años, a veces tan enigmáticas, a los males internos de la Iglesia. El informe estaría en la caja fuerte del apartamento papal y pasará a manos del nuevo Papa, a quien le tocará hacer la gran limpieza que Benedicto XVI ya se ve incapaz de abordar.


heraldo.es - Íñigo Domíngez. - Roma - 22/02/2013

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