sábado, 24 de agosto de 2013

‘La guerra de las galaxias’ que pudo haber sido resucita en las viñetas

Una de las portadas del cómic basado en el primer guion de George Lucas.

Un Luke Skywalker matusalénico. Un R2-D2 que habla. Un Han Solo gigante, verde y con branquias. Y un Darth Vader sin asma. Así pudo haber sido La guerra de las galaxias. Y así será en cómic a partir del próximo cuatro de septiembre, cuando el sello Dark Horse publique en Estados Unidos el primero de los ocho cómics de The Star Wars, adaptación fiel del borrador inicial del que George Lucas escribió la primera palabra en el invierno de 1973 y la última en mayo del 74, mes de su cumpleaños (el 14) y del estreno de todos los episodios de la saga hasta la fecha.

“Siempre me ha fascinado este universo alternativo y ha dado la casualidad de que hemos tenido el momento de hacerlo justo antes de embarcarnos en ese pequeño filme independiente, Episodio VII”, afirma, con humor Jonathan Rinzler, director ejecutivo de LucasFilm y autor del libro oficial The Making of Star Wars que lleva 12 años en la compañía intentando convencer a George Lucas de que esta historia merecía la pena ser contada en viñetas. Y justo cuando había dado su beneplácito, llega la revolución con la venta de la productora a Disney y los preparativos para el Episodio VII que dirigirá J.J. Abrams.

La historia que Rinzley tiene que contar, con ayuda de Mike Mayhew, el dibujante de Marvel que ha asumido la tarea, es un caramelo para el fan acérrimo de la saga. La lucha entre Jedis y Sith, los guerreros luminosos y oscuros que controlan la Fuerza, se mantienen. Pero muchas cosas cambian, tanto en los personajes, como en la trama. Luke Skywalker es aquí un general maduro, “que podría tener 200 o 300 años”, según afirma Rinzler. Han Solo, un alienígena anfibio con un carácter que nada tiene que ver con la socarrona interpretación de Harrison Ford. Porque toda la chulería la hereda el héroe en esta versión, Annikin Starkiller, un joven Jedi que se atreve a dejar inconsciente a la princesa Leia de un puñetazo para salvar una situación apurada. Darth Vader se lleva la peor parte. El villano se queda sin casco de samurái, sin cuerpo mecánico, sin sable láser, sin esa respiración sibilante y hasta sin el poder de la Fuerza. Es un general del Imperio que se mofa del mito de los Jedi, afrenta por el que su yo futuro casi estrangularía hasta la muerte a un oficial en una famosa escena de Episodio IV: Una nueva esperanza.

Página del primero de los ocho números de los que constará el tebeo, con Annikin Starkiller, su protagonista, de vuelta al hogar. / EL PAÍS

Pero lo más curioso se encuentra en su trama. Es un puzle en el que se cruzan escenas de El imperio contraataca, como la agónica persecución entre naves espaciales en un campo de asteroides, o el desenlace de El retorno de jedi. Cambiando ewooks por wookies, con el más famoso de ellos, Chewbacca, a la cabeza, el combate en la jungla entre tropas imperiales y una raza de peludos nativos. Hasta se repite la escena en que Chewbacca se hace con un tanque, en este caso flotante y no bípedo. “Voy a sacar un libro este año sobre El Retorno del jedi en el que hablo sobre esta idea, que George escribió el final de El retorno del jedi para contar esa escena que tanto le gustaba de este borrador y que no había podido hacer por presupuesto”, explica Rinzler.

Para el estilo del dibujo, Rinzler y Mayhew se han inspirado en el arte conceptual de Ralph McQuarrie, uno de los ilustradores más respetados de la industria que diseñó la atmósfera visual de toda la saga. "Ralph McQuarrie es a La guerra de las galaxias lo que Jack Kirby al universo Marvel", afirma Mayhew, recordando al legendario dibujante del sello de Spider-Man o Los 4 fantásticos. "Su trabajo es algo que uso como referencia cada día del proyecto". La obsesión por replicar las ilustraciones de McQuarrie llega al punto de que el colorista, el pintor Rain Beredo, ha imitado la textura de las pinceladas con la paleta digital. La otra gran referencia en el diseño es el Flash Gordon de Roy Thomas, con lo que se cierra el círculo, porque Lucas siempre afirmó que su idea original para La guerra de las galaxias era reinventar los seriales de este personaje de los años 30.

A la hora de mojarse y elegir entre la versión antigua y la moderna, Mike Mayhew, el ilustrador del tebeo, lo tiene muy claro: “¡Creo que esta historia es increíble! Me atrevo a decir que es mejor que la original” exclama entusiasmado Mayhew, sin temer a los millones de fans que puedan estar afilando el sable láser. “Star Wars es el filme que George e ILM [la división de efectos visuales de LucasFilm] pudieron hacer entonces. The Star Wars es el film que George e ILM soñaron con haber hecho”. Rinzley, guionista y de la casa, es mucho más prudente y dice que las dos son igual de buenas. Pero hay una escena de este universo alternativo que le roba el corazón. “La de la cantina donde conocen a Han. En Una nueva esperanza, Obi-Wan tiene que salvar a Luke de dos alienígenas que buscan pelea. Aquí son tres. Pero Luke es un maestro jedi con siglos de experiencia”. En cualquier caso, y a pesar de las múltiples diferencias entre ambas versiones, en algo coinciden The Star Wars y Star Wars: las cosas no acaban bien para esos pobres extraterrestres.

elpaís.com - Ángel Luis Sucasas - Madrid - 24 AGO 2013

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