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domingo, 16 de diciembre de 2012

Érase una vez una princesa enamorada de una valiente chica extranjera

Ilustración de 'La princesa Li'. / elena rendeiro

Pequeñas editoriales publican cuentos infantiles con personajes homosexuales que sirven de referente a las nuevas generaciones

Una niña que encuentra un lápiz mágico que vuelve realidad lo que dibuja y una princesa cuyo padre quiere casarla con alguien que no es su amor verdadero protagonizan los primeros cuentos de la recién estrenada editorial Nube Ocho. ¿Qué tienen de especial? Que la niña tiene dos papás, y que la princesa no está enamorada de un apuesto joven, sino de una valiente chica extranjera.

“Son los libros que nuestra generación no pudo leer”, dice Luis Amavisca, creador de esta pequeña firma, que acaba de lanzar ‘El lapicero mágico’ y ‘La princesa Li’ junto con Egales, una editorial con 20 años de experiencia en temas relacionados con la homosexualidad. Nube Ocho se suma a otras pequeñas editoriales, como A Fortiori y Topka, que en la última década han intentado llenar un vacío de referentes literarios para familias cada vez más diversas y visibles, no solo en cuanto a orientación sexual, sino con vivencias como divorcios, adopciones, discapacidad o inmigración.

    Son los libros que nuestra generación no pudo leer"

Amavisca, artista plástico devenido en editor y escritor, insiste en que sus cuentos no están orientados solo al colectivo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales), “sino también, y con más razón, a los heterosexuales”. “A muchos adultos les vendría bien leerlos para replantearse su propia educación y ayudarles a enfocar este tema con las nuevas generaciones”, opina.

“Parece claro que hay una voluntad de incorporar con naturalidad a la edición infantil y juvenil una temática que ya está en la calle y en la escuela”, explica Victoria Fernández, directora de la revista especializada Clij, que recuerda dos de los primeros libros de estas características publicados en España: ‘Oliver Button es una nena’ (Everest, 1979, antecedente de ‘Billy Elliot’), y ‘El príncipe Ceniciento’ (Destino, 1998).
Ilustración de 'El lapicero mágico'. / alicia gómez camus

A diferencia de las grandes editoriales, que normalmente traducen al español este tipo de títulos tras venderse con éxito en países como Estados Unidos o Reino Unido, las pequeñas firmas tratan de abrirse paso con producciones propias, a veces con textos de los propios editores, e ilustradas con mimo, como los dibujos tipo ‘collage’ de Alicia Gómez Camus en ‘El lapicero mágico’ o las preciosas acuarelas de Elena Rendeiro en ‘La princesa Li’.

Las tiradas son pequeñas, y tienen en Internet su gran aliado. Aunque se distribuyen también en grandes cadenas y en pequeñas librerías, lo difícil es lograr que se coloquen bien. Para ello, es fundamental la relación personal con libreros especializados, a los que se pueda explicar y convencer de la idea detrás de estos cuentos.

    Hacemos libros a favor de todas las familias, incluidas aquellas que no defienden los obispos"


“Existe mercado, existen autores, pero los editores están en otro punto, solo asumen el riesgo cuando el libro ya ha tenido éxito en otro país”, afirma Lucía Moreno, creadora de Topka, que desde 2006 ha publicado 16 cuentos, todos bilingües español-inglés, al igual que los dos de Nube Ocho. El más vendido, ‘El amor de todos los colores’, está a punto de agotar la tirada, de 2.500 ejemplares.

A Fortiori, creada dos años antes, lleva editados 14 cuentos y tres volúmenes de poesía “en favor de todas las familias, incluidas aquellas a las que los obispos no defienden”, explica su creadora, Natividad de la Puerta. Esta doctora en Historia Económica y “agitadora cultural” recuerda que sus libros nacieron del impulso de proporcionar a sus nietos cuentos diferentes y que promovieran el respeto a la diversidad. “Los cuentos tradicionales son un horror. ¿Qué clase de valores enseña por ejemplo ‘Hansel y Gretel’?”, dice. “Los niños protagonistas eran, con perdón, gilipollas, y al final, matan a la bruja y le roban”, bromea.

Al igual que esta pequeña editorial “suicida”, como la define De la Puerta, Nube Ocho y Topka tienen su origen en las inquietudes personales de sus fundadores, que no encontraban en España lo que buscaban. Moreno, como madre lesbiana de niños adoptados y con discapacidad, y Amavisca, tras reflexionar sobre cómo los sobrinos de su marido, libanés, le aceptaban sin prejuicios pese al tabú que supone la homosexualidad en ese país.

Los tres editores coinciden en que en sus libros, la diversidad, sexual, racial o de otro tipo, es una característica de los personajes, pero no la protagonista ni el motivo de conflicto. “Intentamos hacer libros divertidos, que gusten a los niños y transmitan los valores que queremos”, explica Moreno. Como dice De la Puerta, “los tiempos van avanzando, hay que dar a los niños la oportunidad de leer historias de otro tipo”.


elpaís.com - Cecilia Jan - Madrid - 10 DIC 2012

sábado, 16 de junio de 2012

El juego de Ender.

El juego de Ender
Orson Scott Card
Título original: Ender´s Game
Trad. José María Rodelgo
y Antonio Sánchez
Libro Amigo Ciencia Ficción nº 9
Ediciones B, 1987


En El juego de Ender hay un libro blanco y un libro negro. El libro blanco es el que habla de la historia de un grupo de pasiones que se organizaron para derrotar a una amenaza para los seres humanos. El libro negro es el que relata las amplias prerrogativas de la supervivencia racial sobre los individuos, e incluso sobre otras razas. Ambos se mezclan y los lectores disfrutan de una densa historia sobre la personalidad de uno de los más originales y productivos héroes-dioses de la ciencia-ficción: Ender Wiggin.

Ender es el tercero de tres hermanos que han sido seleccionados por la Flota Internacional como posibles estrategas para la guerra contra los insectores. Desde el inicio de su educación, Ender es observado para calibrar sus posibilidades, y finalmente es invitado a ingresar en la Escuela de Batalla a la edad de seis años. En la Escuela recibirá una despiadada instrucción con vistas a prepararle para el papel más importante de la lucha, que él desconoce. Deslumbra a sus compañeros y profesores con sus habilidades en los juegos de guerra y con su nueva concepción de las peleas en gravedad cero.
Finalmente descubre... pero eso deberán averiguarlo los lectores por su cuenta.

El grueso del libro se ciñe a la parte de la formación militar de Ender. La historia elegida para la educación de los futuros guerreros no puede ser más acertada, y aquí Card hace gala de su agudeza psicológica. Escoge al ser humano en la etapa en que posee más creatividad y es más capaz de reacciones sorprendentes, que son las únicas armas que pueden servirles frente al superior armamento y número de los insectores. Los niños son introducidos en un universo que no les resulta repulsivo porque forma parte de su mundo, y a la vez esconde una utilidad como representación de auténticas batallas: los juegos. Protegidos por la sociedad familiar de la Escuela de Batalla, los niños viven simulacros de guerras sin la presión de la realidad, lo que permite a los mayores utilizar sus ágiles mentes en el mejor momento de sus vidas.

En esa escuela se perfila la personalidad hermética de Ender, mucho más atractiva que en entregas posteriores, donde asumirá conscientemente su papel redentor. En El juego de Ender es un chico que se dedica a analizar lo que le rodea rápidamente para dominar la situación con los medios de que disponga, ya sean poco o muchos. Es un ejemplo de adaptación y de superación del medio: cuando aprende a jugar viendo cómo lo hacen los chicos mayores, me recuerda a esos fenómenos de las máquinas de marcianitos de cuando yo era pequeño, del tiempo en que las maquinitas eran un divertimiento público, casi social, y no íntimo como ahora. Hasta aprende a hablar como los chicos mayores enseguida. Reconozco que en mi caso esta característica de Ender hizo más mella de la que podría haber hecho cualquier otra de un héroe espectacular. Por el tiempo en que leí la novela, se me figuró que el héroe serio y circunspecto que no parecía actuar hasta que la situación necesitara su control, era una figura excitante y seductora que dominaba todo argumento de película o de libro. A ese tipo de personajes me remitió Ender cuando me sumergí en la lectura de este primer libro de la serie. Sin embargo, ya en esta obra se advierte la obsesión de Card por conformar una personalidad vital paralela a la de un Jesucristo moderno: Ender tendrá seguidores, muchos enemigos, e incluso un Judas en la persona de..., compañero de la Escuela que, como el Mesías, deberá morir para que el destino se cumpla.

Pero la mayor fuente de originalidad, al menos para mí, de El juego de Ender, reside en la pérdida de referencias terrestres en el movimiento sin gravedad. He aquí uno de los ejemplos más brillantes de que la ciencia-ficción de calidad es capaz de dar sustitutos a las concepciones humanas, sobre todo a los prejuicios de entorno/marco (llamo así a los que se dan por hechos en la descripción de sociedades o escenas extrañas a la humana; por ejemplo, dar por sentado que los extraterrestres van a tener forma humana). Desde el momento en que Ender sube al transbordador que le llevará a la Escuela, adquiere esa ventaja sobre los demás. Basándose en el aislamiento relativo frente al resto de los chicos, se encierra en sus propios pensamientos y no muestra un comportamiento suelto y relajado. Se dedica a examinar el exterior novedoso para él, y alcanza el conocimiento del que brotará su genialidad: "La gravedad puede tener cualquier dirección. La dirección que yo quiera".

Con los premios que recibió la historia de Ender, es comprensible que aun hoy en día siga considerándose un texto clásico en la ciencia-ficción. El cuento "El juego de Ender", publicado en 1977 en Astounding Science Fiction, fue propuesto para el Hugo. El juego de Ender (1985) y La voz de los muertos (1986) ganaron sendos Hugo y Nebula, siendo la primera vez que un autor se llevaba dos años seguidos los dos premios más importantes de la cf. No cabe duda de que fue una recompensa de justicia para una obra fabulosa.

Héctor Ramos - bibliopolis.org

domingo, 3 de junio de 2012

Jamie O'Neill: "Nadan dos chicos"



Ambientada en Dublín, en el año previo a la Pascua de 1916, el momento crucial del levantamiento de los irlandeses contra el gobierno británico; "Nadan dos chicos" cuenta la historia de amor de dos muchachos. Jim es un estudiante ingenuo y reservado, el hijo pequeño de Mr. Mack, un presuntuoso aspirante a tendero. Doyler, un diamante en bruto, es hijo de un viejo compañero de armas de Mr. Mack. Doyler podría haber tenido la misma vida que Jim pero sus padres le obligaron a trabajar mientras ideas blasfemas, socialistas y revolucionarias, bullían en su cabeza. El padre de Jim está seguro de que el futuro le sonríe. Su hijo mayor está luchando en el ejército y tiene planes ambiciosos para Jim y sus negocios. Pero Mr. Mack no alcanza a ver que el paisaje está cambiando, ni se da cuenta de la creciente amistad entre su hijo y Doyler. Junto al acantilado donde suelen ir los hombres a bañarse, los dos chicos se encuentran día tras día. Allí sellan un pacto: Doyler enseñará a Jim a nadar y en el trancurso de un año alcanzarán a nado, atravesando la bahía, el distante faro de Muglins Rock, y reclamarán la isla para sí.
"Nadan dos chicos" ha sido una auténtica revelación en Inglaterra e Irlanda por su magistral narración del conflicto que ha perseguido a Irlanda durante siglos. Peter Ackroyd ha llegado a decir que "la música de la prosa de Jamie O'Neill ha creado una nueva sinfonía irlandesa, mientras que otros críticos no han dudado en señalarlo como el sucesor natural de James Joyce, Oscar Wilde, o Flann O'Brienn.
Esta novela no es sólo una tierna y trágica historia de amor, sino también un relato sobre personas atrapadas en la marea de la historia, en un lugar y una cultura a la vez desconocidos e inolvidables. Jamie O'Neill nació y se educó en un pueblo del condado de Dublín y tras una larga temporada en Inglaterra, regresó a Irlanda.
Ésta es su tercera novela, a la que dedicó diez años de su vida, años en los que trabajó como celador en una institución psiquiátrica de Londres. "Leer este libro es como nadar. Tienes que tomar mucho aire e introducirte en un elemento extraño que te impone ritmos fijos, ritmos propios de una realidad mayor".
Andrew Solomon.

Jamie O'Neill nació en 1962 en Dún Laoghaire (anteriormente Kigstown), al sur de Dublín. Es autor de las novelas "Disturbance" (1989) y "Kilbrack" (1990).
Trabajó como portero de noche en un hospital psiquiátrico londinense mientras escribía "Nadan dos chicos" (2001), tarea que le ocupó diez años. Actualmente vive en la región de Connemara, en el condado de Galway, y está escribiendo su cuarta novela.

lunes, 23 de abril de 2012

George R. R. Martin: “Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño”

El creador y productor ejecutivo de 'Juego de Tronos' George R. R. Martin. 
 
Canal +1 estrena la segunda temporada de 'Juego de Tronos' basada en la novela de George R. R. Martin

A los doce años, George R. R. Martin vendía a los amigos de su manzana historias de monstruos que inventaba en su casa y redactaba a golpe de bolígrafo. A los 21 comenzó su carrera de escritor de novelas fantásticas y de ciencia ficción. Durante una década, se reconvirtió en guionista y productor en Hollywood. Pero en 1991 concibió el conjunto de novelones englobados bajo el epígrafe Canción de hielo y fuego, compuesto de siete volúmenes de unas 1.000 páginas cada uno de los que ya ha acabado cinco. La serie de televisión de la cadena HBO Juego de tronos (cuya segunda temporada se estrena hoy en Canal +) recrea minuciosamente el mundo inventado en esa saga en el que hay muros de hielo erigidos para contener a figuras fantasmales que vagan por la nieve, muchos reyes y pocos tronos, batallas medievales, crías de dragón y una descarnada lucha por el poder.

Una mezcla de Los Soprano y El Rey Lear, de Shakespeare. Su creador, nacido en New Jersey en 1948, tocado con su eterna gorra de capitán de barco, se encuentra promocionando sus libros y la serie en un hotel de Lisboa. El revuelo de cámaras y su agenda de ministro indican que ha alcanzado el rango de escritor-estrella, de ventas millonarias. Pero él se comporta como lo que es: un tipo amable, inteligente, bonachón y simpático que hace lo que más le gusta desde los doce años.

Pregunta. ¿Algún día imaginó un éxito así?

Respuesta. No, claro que no. Uno sueña con eso: tener muchos lectores, vender muchos libros. En mi caso, no siempre fue así: yo tuve éxitos pero también fracasos. Así que sé apreciar y agradecer lo que me ocurre ahora. Muchos me comparan con Tolkien, lo que es un gran honor.

P. ¿Y está de acuerdo?

R. No somos lo mismo, venimos de universos diferentes. Tolkien fue un hombre del siglo XIX, un estudioso, un famoso profesor universitario experto en inglés antiguo, enamorado de Inglaterra. Y eso se refleja en sus libros: las pequeñas ciudades, los arroyos, los árboles, el paisaje. A mí me parece maravilloso, pero yo provengo de otro sitio: pertenezco a la primera generación del baby boom, crecí en un entorno de clase trabajadora, mi padre era estibador y en los paisajes de mi infancia no hay nada rural.

P. ¿Y qué tienen sus libros para que se vendan tanto?

R. No lo sé. Si tuviera un secreto, lo habría puesto en práctica antes, créame. Supongo que encierran una buena historia, con un mundo propio poblado por personajes interesantes de los que la gente quiere saber más y más. Pero he hecho lo mismo en otros libros que han fracasado. Uno nunca sabe.

P. ¿Cómo tuvo la idea de esta saga?

R. Corría 1991, yo estaba en Hollywood, trabajando de guionista. Pero la serie se canceló, volví a Nuevo México, que es donde vivo, y decidí concentrarme en la escritura de una novela de ciencia ficción en la que había pensado mucho. En eso estaba, llevaba cuarenta páginas cuando se me apareció la idea del primer capítulo de Juego de tronos. Era algo muy atrayente, así que dejé la novela y en tres días tenía el primer capítulo. Un capítulo llevó al otro y hasta ahora.

P. ¿Por qué tanta obsesión con el poder?

R. Es algo fascinante. Tal vez porque es un deseo universal que todos tenemos. En todas las sociedades y en todo tipo de sociedades. Yo di clases durante algunos años en Iowa y presencié grandes luchas por el poder, por ver quién se convertía en el presidente de nuestro departamento.

P. ¿Por qué eligió para llevar a la pantalla su historia una serie de televisión?

R. Cuando el libro comenzó a venderse mucho llegaron las ofertas de Hollywood. Pero el cine nunca me convenció. Por una razón: la saga es demasiado larga. El Señor de los anillos se compone de tres libros que se reflejaron en tres películas. Y aún así, hubo que dejar cosas fuera. Cualquiera de mis libros de esta saga es más grande que El Señor de los anillos. ¿Cuántas películas habría que hacer? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿27? Así que llegué a la conclusión de que solo podría convertirse en una serie de televisión y la cadena ideal era HBO, que tiene unos niveles de calidad extraordinarios y que ha hecho las mejores series de televisión: Roma, Los Soprano, y The Wire, entre otras.

P. ¿Cuál fue su grado de implicación en la serie?

R. No tenía la última palabra. Pero me impliqué mucho. En el casting, por ejemplo. Además, hago un guion por temporada.

P. ¿Siempre escribió ciencia ficción o novelas fantásticas?

R. Siempre, desde que era pequeño. Ciencia ficción, mundos imaginarios, monstruos. Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño.

P. ¿Ahora está escribiendo el sexto volumen de la saga?

R. Sí. En total van a ser siete. Al menos, ese es el plan.

P. ¿Y la serie seguirá a los siete libros?

R.
Eso espero. Pero esto es televisión. Nadie sabe lo que va a ocurrir, cuándo te van a cancelar un contrato. La serie se vende muy bien. Si todo esto continúa así, creo que tenemos un gran futuro por delante en la serie, diez u once temporadas. Pero repito: en televisión no se puede dar nada por seguro.

EL PAÍS.com - Antonio Jiménez Barca - Lisboa - 22 ABR 2012
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domingo, 11 de marzo de 2012

'El enredo de la bolsa y la vida', el nuevo libro de Eduardo Mendoza


    Una sátira genial sobre la Europa de nuestros días, que estará a la venta en abril.
    El libro está protagonizado por el célebre detective loco de sus anteriores novelas.
    Una farsa policial cargada de humor y originales personajes que invitan a la risa.


Eduardo Mendoza publica El enredo de la bolsa y la vida, protagonizada por el célebre detective loco de sus novelas El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras y que se lee como una sátira genial sobre la Europa de nuestros días.

Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, el peluquero vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por desarticular, con espectacularidad televisiva, una acción terrorista antes de que intervengan los servicios especiales de seguridad del Estado.

Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda y quebraderos, Rómulo el Guapo retoma el contacto para proponerle un último y suculento golpe a nuestro protagonista.
Una farsa policial cargada de humor

Su negativa y la misteriosa desaparición de su antiguo amigo serán el punto de arranque de una nueva aventura para resolver un caso de repercusiones internacionales con la inestimable ayuda de un infalible equipo de investigadores.

Ellos son la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, más conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.

Según informa Seix Barral, en esta nueva novela, la fábula "crea su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, pero también la de la farsa convertida en apólogo moral"

"No se puede contar el libro sin una sonrisa; pero es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la Europa en quiebra técnica que habitamos no basta sólo con el humor dinamitero e inventivo: es preciso, además, el don de la lucidez", explica la editorial.

20minutos.es

martes, 8 de febrero de 2011


EL VATICANO ADORABA A ADOLF HITLER

El matrimonio de amor entre la iglesia católica y el nazismo es incuestionable: abundan los ejemplos y no son insignificantes. La complicidad no se estableció con silencios de aprobación. Los hechos le demuestran a cualquiera que investigue el tema en la historia que no fue un matrimonio de conveniencia, impuesto por una necesidad de supervivencia de la iglesia, sino una pasión común y compartida hacia los mismos enemigos irreductibles, los judíos y los comunistas, igualados, la mayor parte del tiempo, en el revoltijo conceptual del judeobolchevismo.

Desde los inicios del nacinalsocialismo hasta la protección de los criminales de guerra del Tercer Reich después de la caída del régimen, a quienes ayudaron a huir a otros países, aparte del silencio de la iglesia sobre estos asuntos, desde entonces, y aún hoy –incluso la imposibilidad de consultar los archivos sobre este tema en el Vaticano-, el feudo de San Pedro, heredero de Cristo, fue también el de Adolf Hitler y sus secuaces: nazis, fascistas franceses, colaboracionistas, vichyistas, milicianos y otros criminales de guerra.

Los hechos: la Iglesia católica aprobó el rearme de Alemania, yendo en contra del Tratado de Versalles, desde luego, pero también en contra de las enseñanzas de Jesús, en especial, las que celebran la paz, la bondad, y el amor al prójimo; la Iglesia firmó un acuerdo con Adolf Hitler desde su asunción como canciller en 1933; la Iglesia católica calló sobre el boicot a los comerciantes judíos, no protestó ante la proclamación de las leyes raciales de Núremberg en 1935, guardó silencio en 1938 cuando ocurrió la Noche de los Cristales; la Iglesia católica entregó su archivo genealógico a los nazis que supieron desde ese momento quienes eran cristianos, y por lo tanto no judíos; la Iglesia católica reivindicó, en cambio, “el secreto pastoral” para no dar a conocer los nombres de judíos convertidos a la religión de Cristo o casados con cristianos; la Iglesia católica, sostuvo, defendió y apoyó al régimen pro nazi de los ustachis de Ante Pavelic en Croacia¸ la Iglesia católica absolvió al régimen colaboracionista de Vichy en 1940; la Iglesia católica, aunque estaba al corriente de la política de exterminio iniciada en 1942, no la condenó, ni en privado ni en público, como tampoco dio órdenes a los curas u obispos de censurar ante los fieles al régimen criminal.

Las fuerzas aliadas liberaron Europa, llegaron a Berchtesgaden y descubrieron Auschwitz. ¿Qué hizo el Vaticano? Siguió apoyando al régimen derrotado: la Iglesia católica, a través del cardenal Bertram, mandó decir una misa de réquiem en memoria de Adolf Hitler; la Iglesia católica guardó silencio y no hizo ninguna declaración condenatoria cuando se descubrieron las pilas de cadáveres, las cámaras de gas y los campos de exterminio; la Iglesia católica, más bien, organizó para los nazis sin Führer lo que nunca hizo por ningún judío o víctima del nacinalsocialismo: coordinó la oficina de ubicación de los criminales de guerra fuera de Europa; la Iglesia católica utilizó al Vaticano, expidió papeles sellados con visas y creó una red de monasterios europeos como lugares de escondite para protección de los dignatarios del Reich derrotado; la Iglesia católica incluyo en su jerarquía a personas que habían ocupado cargos importantes en el régimen hitleriano; la iglesia católica nunca se arrepentirá de nada, puesto que no reconoce oficialmente nada de esto.

De darse algún día el arrepentimiento, habrá que esperar, sin duda, unos cuatro siglos, el tiempo que se necesitó para que un papa reconociera el error de la Iglesia sobre el caso Galileo…, ya que el dogma de la infalibilidad del Papa, proclamado en el primer Concilio Vaticano en 1869-1870 –Pastor Aeternus-, prohíbe el cuestionamiento de la Iglesia, puesto que el soberano pontífice, cuando se expresa o toma una decisión, no lo hace como hombre capaz de equivocarse, sino como representante de Dios en la Tierra, siempre inspirado por el Espíritu Santo, la famosa gracia de asistencia. ¿Debemos de llegar a la conclusión, por lo tanto, de que el Espíritu Santo era profundamente nazi?

Mientras permanecía en silencio sobre la cuestión nazi durante y después de la guerra, la Iglesia no dejaba de tomar decisiones contra los comunistas. Con respecto al marxismo, el Vaticano dio muestras de un compromiso, de una militancia y de una fuerza que bien nos hubiera gustado verle utilizar para combatir y desacreditar el Reich nazi. Fiel a la tradición de la Iglesia que, por la gracia de Pío IX y de Pío X, condenó los derechos del hombre como contrarios a la enseñanza católica, Pío XII, el famoso Papa, amigo del nacionalsocialismo, excomulgó en masa a los comunistas del mundo entero en 1949. Alegó la colusión de los judíos y el bolchevismo como una de las razones de su decisión.

A modo de información: ningún nacionalsocialista de las bases, ningún nazi de alto mando o miembro del estado mayor del Reich fue excomulgado y ningún grupo fue excluido de la Iglesia por haber enseñado o practicado el racismo, el antisemitismo o por haber hecho funcionar las cámaras de gas. Adolf Hitler no fue excomulgado, y su libro, Mi lucha, nunca formó parte del famoso Índice de libros prohibidos, (Index Librorum Pohibitorum). Recordemos que después de 1924, fecha en la que Hitler publicara su libro, el Índice agregó a su lista negra a autores como Pierre Larousse, culpable del Grand Dictionnaire Universel (!!!!!), a Henri Bergson, André Gide, Simone de Beauvoir y Jean Paul Satre. Pero Adolf Hitler nunca figuró en esa lista.
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Michel Onfray
“Tratado de ateologia”


El Tratado de ateología de Michel Onfray es como el canto del gallo, la alarma del despertador, la luz del sol entrando por la ventana e incidiendo directamente sobre la cara: una llamada de atención para que aquellos que están dormidos abran los ojos a un nuevo día y se alcen para descubrir todo lo que la vida tiene para ofrecerles.

Este libro llegó a mis manos sin ser esperado para nada, me lo leí sin saber qué me iba a deparar y resultó una grata sorpresa. Aunque no soy un experto, lo catalogaría como filosofía con minúsculas. La causa: es un libro que cualquiera podría escribir, salvo por algunas palabrejas especializadas de filosofía, en su mayoría innecesarias para la comprensión de la idea. Y por tanto, es un libro que cualquiera puede leer.

Onfray nos grita, más que nos habla, sobre la situación actual de las religiones y su influencia en las sociedades modernas. De una forma muy llana y clara, destruye el corpus de las religiones monoteístas, acercándonos a una forma laica y atea de ver el mundo, sin necesidad de dioses o estructuras de poder que nos digan cómo debemos actuar. La única pega que se me ocurre es que precisamente está escrito desde un punto de vista de Francia, país con una larga tradición de laicismo de estado, lo cuaĺ tergiversa en cierta manera sus conclusiones para aplicarlas en otros lugares.

Muy recomendable para aquellos que necesiten un manifiesto de ateología. El estilo directo utilizado por el autor les permitirá sentirse identificados en muchas de las afirmaciones, además de hacerse preguntas que quizás no se habían planteado. A evitar para quien no quiera ver tambalearse los pilares de sus creencias.

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Publicado en kozmicbooks.wordpress.com, el 30/11/2009 por mrgsmiley

martes, 3 de noviembre de 2009

CAÍN: SARAMAGO CREA DESASOSIEGO...(SOBRETODO EN LA IGLESIA)

El escritor José Saramago tras la presentación de Caín, en Madrid

Su El Evangelio según Jesucristo levantó ampollas en la sociedad conservadora de su país, hasta el punto de que el Gobierno portugués consideró oportuno impedirle a José Saramago que concurriera con esa novela a un concurso europeo. Fue a principios de 1990, y el escritor que luego (en 1998) ganó el Nobel de Literatura se fue de Portugal a Lanzarote entristecido por la agresión sufrida. Ahora Saramago ha escrito Caín y, de nuevo, Dios la que se ha armado otra vez en Portugal.

La Iglesia ha sido algo más discreta que la política; un político conservador portugués (de nombre Mario David, del Partido Socialdemócrata) pidió en el Parlamento Europeo que el autor de Caín fuera desposeído de la nacionalidad portuguesa. Y gente de la Iglesia, contó Saramago ayer en la presentación del libro en la Casa de América, condenó la novela al tiempo que ésta aparecía. "¿Y cómo sabían que era condenable?".
Ahora Saramago ya no se entristece, ni cambia de país, ni se enrabieta; al contrario, a sus 86 años (cumple 87 este 16 de noviembre), parece haber sacado fuerzas de esa reacción que su nueva novela ha alcanzado en su país y ayer, junto a su mujer, Pilar del Río, la traductora del libro al español, dijo lo que siempre fue una divisa de su trabajo: "Yo no escribo para agradar ni para desagradar: yo escribo para desasosegar". Y vaya que sí ha desasosegado. Como dijo su editora española, Pilar Reyes, de Alfaguara, Saramago se ha sentido con fuerzas para discutir (otra vez) con la Biblia. Y ha conseguido algo insólito en el mundo de la librería, al menos de las librerías portuguesas: "Ahora me dicen que Caín se vende al lado de la Biblia. Ya veremos qué montón baja primero".

La apuesta editorial es fuerte. Zeferino Coelho, el editor portugués de Caminho, que ha publicado toda la obra del Nobel, contó que en su país ya hay distribuidos 130.000 ejemplares, y en España está circulando una cantidad similar, a dos semanas de que el libro haya salido a encontrarse con el público.
El desasosiego, esta expresión que le emparenta con su paisano Fernando Pessoa, está en el libro, y estuvo ayer en sus palabras. La historia de la humanidad es la historia de la muerte del hombre. Y de muerte (de asesinatos también) está llena la Biblia. Ahora Saramago agita las aguas con su versión de la historia de Caín y obliga a releer lo que la Biblia dice del personaje; el desasosiego de la Iglesia viene, quizá, señaló el novelista, de un hecho cierto: que durante siglos la Iglesia católica no quiso que los fieles interpretaran esos textos sagrados.
Desasosiega a la Iglesia (y sin duda al eurodiputado que pidió que le quitaran a José su naturaleza de portugués) que Caín sea un alegato contra el Dios "injusto, envidioso y orgulloso" que retratan los textos sagrados. Y ese desasosiego, dice Pilar del Río, se respira en el propio texto, una especie de regreso a la atmósfera que hay en uno de los textos más lúcidos del autor, el Ensayo sobre la ceguera.
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Fuente: EL PAIS.com

viernes, 23 de octubre de 2009

SARAMAGO VUELVE A CABREAR A LA IGLESIA.

La Conferencia Episcopal Portuguesa se está rasgando las vestiduras porque el premio Nobel de Literatura de 1998 ha arremetido contra la Biblia en la presentación de su último libro, “Caín”, que precisamente reescribe la historia de los primeros hermanos de la historia. Tal como ha declarado el escritor, el texto sagrado de los católicos es “un manual de malas costumbres, un catálogo de crueldad y de lo peor de la naturaleza humana”. Estas palabras han sentado como un jarro de agua fría al portavoz del episcopado luso, Manuel Marujao, quien ha contraatacado definiendo su obra como una mera “operación publicitaria”. Según Marujao, “un escritor de su dimensión debería tomar un camino más serio” ya que “podrá hacer críticas, pero entrar en un género de ofensas no le sienta bien a nadie, y menos a un Premio Nobel”. Con más calma se ha tomado el asunto el representante de la comunidad judía en Lisboa, el rabino Elieze du Martino, que ha dicho que lo suyos “no se van a escandalizar” por los escritos “de nadie”.
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La polémica, evidentemente, estaba servida, pero teniendo en cuenta el contenido de “Caín”, las declaraciones del autor eran accesorias: su libro absuelve al hermano malo del fraticidio culpando a Dios del mismo por ser su instigador y autor intelectual. Aún así el novelista luso, eternamente enemistado con la Iglesia y militante del Partido Comunista Portugués desde 1969, no se quedó corto al denunciar a “un Dios cruel, envidioso e insoportable” que “solamente existe en nuestras mentes”. Su obra, agregó, no causará problemas con la Iglesia “porque los católicos no leen la Biblia”.

“La Biblia es un manual de malas costumbres, un catálogo de crueldad, y de lo peor de la naturaleza humana”, “un libro que tuvo mucha influencia en nuestra cultura y hasta en nuestro manera de ser” sin el que los humanos seríamos “probablemente mejores”.

sábado, 13 de junio de 2009

MIS PADRES NO LO SABEN


Gays y lesbianas españoles opinan abiertamente sobre sus inquietudes, problemas e incomprensiones.

Cuando se cumplen cuatro años de la aprobación de la ley del matrimonio homosexual, el presente libro recoge distintas voces de homosexuales que reflexionan sobre su situación actual. Una aproximación sincera y veraz que aborda temas como la adolescencia, la relación con los padres, la aceptación social, la religión, el sida y otros muchos problemas a los que sigue enfrentándose un colectivo cuyo único «pecado» es vivir una opción sexual distinta.

"El libro está basado en un programa de «Callejeros» realizado por Marce Rodríguez para Cuatro.
Junto con las numerosas historias anónimas narradas en primera persona, aparece el testimonio de personajes célebres como Jesús Vázquez, Álvaro Pombo o Eduardo Mendicuti.

Un libro interesante.

martes, 10 de febrero de 2009

KAFKA EN LA ORILLA




Kafka Tamura se va de casa el día en que cumple quince años. Los motivos, si es que los hay, son las malas relacciones con su padre -un famoso escultor convencido de que su hijo repetirá el aciago sino del Edipo de la tragedia clásica- y la sensación de vacío producida por la ausencia de su madre y su hermana, que se marcharon tambien cuando él era muy pequeño. Sus pasos le llevarán al sur del país, a Takamatsu, donde encontrará refugio en una peculiar biblioteca y conocerá a la misteriosa señora Saeki.
Si sobre la vida de Kafka se cierne la tragedia (en el sentido clásico), sobre la de Satoru Nakata ya se ha abatido : de niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un extraño accidente del que salió con secuelas, sumido en una especie de olvido de sí, con dificultades para comunicarse... salvo con los gatos. A los sesenta años abandona Tokio y emprende un viaje que le conducirá tambien a la biblioteca de Takamatsu.
Así, las vidas y destinos de los personajes se van entretejiendo en un curso inexorable que no atiende a razones ni voluntades. Pero, a veces, hasta los oráculos se equivocan.