Matas, Aguirre, Rajoy, Camps, Barberá y Herrera, en junio de 2006 en Valencia.
La herida en el PP es profunda: Matas era cercano a Rajoy y veranearon juntos
Los populares dicen que cambian poco a poco a los afectados por los escándalos
Incluso el PP está sorprendido de lo poco que le ha afectado electoralmente el escándalo Matas. Ni siquiera los más optimistas pensaron que podrían volver a ganar por mayoría absoluta a la primera, en 2011, después de que buena parte de la dirección del partido acabara imputada. Pero lo lograron, y ahora Matas ha pasado a ser internamente un apestado. Solo los amigos más íntimos del PP le llaman. Y la dirección, sobre todo el presidente, Mariano Rajoy, hace todo lo posible por borrar cualquier rastro del expresidente en la historia del partido.
Rajoy no dijo este martes una palabra. Fuentes del Ejecutivo se limitaban a mostrar su “respeto” por la sentencia. Pero el presidente del Gobierno, que durante mucho tiempo fue amigo de Matas, sobre todo cuando ambos eran ministros —llegaron a veranear juntos en el yate de Gabriel Escarrer, el dueño de Sol Meliá— ya mostró en 2010 esa distancia: “Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”. Era la condena interna definitiva. Solo seis años antes, Rajoy llegó a decir: “Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares”.
Esa frase de 2004, parecida a la del “ciudadano y político ejemplar” que le dedicó el presidente a Carlos Fabra, aún hoy líder del PP de Castellón, fue utilizada por la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, para reclamar explicaciones a Rajoy. El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, recordó que Matas ya dejó el PP en 2010 y dijo “veremos como acaba” al recordar que la sentencia no es firme. Lo que más le preocupa al PP es que la imagen de corrupción pueda complicar la campaña andaluza, centrada en los escándalos del PSOE. No en vano este mismo viernes, día del cierre de campaña, el Consejo de Ministros aprobará la Ley de Transparencia.
El PP intentó alejarse todo lo posible del expresidente balear. El más contundente fue Alberto Fabra, presidente de la Comunidad Valenciana y sucesor de Francisco Camps. Rodeado de escándalos de corrupción, en los que el único dimitido hasta ahora es el propio Camps, Fabra anunció que retirará a Matas la distinción de embajador de la Comunidad Valenciana. Otra condena interna más. Y un gesto para distanciarse también de Camps, que la concedió en su día. “Quien no entienda que la política es ejemplaridad, entrega, responsabilidad, rigor y compromiso no tiene cabida en el partido”, señaló Fabra.
El PP valenciano está en pleno proceso de renovación con un congreso regional a la vista. Fabra quiere hacerse con el poder definitivamente —fue nombrado de forma apresurada cuando dimitió Camps— y eliminar poco a poco los restos del campismo y los dirigentes más vinculados a los escándalos, como el propio Carlos Fabra, factotum de Castellón. Es posible que lo consiga. Los asistentes al mitin en el que Fabra anunció que retiraba a Matas el título de embajador aplaudieron a conciencia. Son los mismos cuadros que hace solo unos meses aplaudían a Camps cuando insistía en aguantar pese al escándalo del caso Gürtel.
El PP y el entorno de Rajoy, defienden que el presidente del Gobierno, a su estilo, a su ritmo, muy poco a poco, está renovando el partido y alejándose de los focos de posible corrupción. Es lo que hizo José Ramón Bauzá, después de heredar el PP balear que había dejado la que fue mano derecha de Matas, Rosa Estarás. Ella fue enviada de urgencia a Bruselas como eurodiputada cuando la investigación judicial iba cercando al partido. Rajoy decidió entonces que había que dinamitar la formación y eligió a Bauzá, un farmacéutico alcalde de Marratxí y uno de los poquísimos dirigentes que no estuvo nunca en el Gobierno de Matas. Bauzá decidió efectivamente reventar la formación y eliminar de las listas a todos los imputados.
El actual presidente de Baleares, no se habla con Matas y ha hecho de todo para alejarse de su herencia. Tras la sentencia se le preguntó si cree que el PP debe pedir perdón por la corrupción. “Nosotros ya hicimos lo que tuvimos que hacer, con una renovación del partido, y no voy a hacer más valoraciones que no sean el total y más absoluto respeto a las decisiones judiciales”, remató.
Los populares dicen que cambian poco a poco a los afectados por los escándalos
Incluso el PP está sorprendido de lo poco que le ha afectado electoralmente el escándalo Matas. Ni siquiera los más optimistas pensaron que podrían volver a ganar por mayoría absoluta a la primera, en 2011, después de que buena parte de la dirección del partido acabara imputada. Pero lo lograron, y ahora Matas ha pasado a ser internamente un apestado. Solo los amigos más íntimos del PP le llaman. Y la dirección, sobre todo el presidente, Mariano Rajoy, hace todo lo posible por borrar cualquier rastro del expresidente en la historia del partido.
Rajoy no dijo este martes una palabra. Fuentes del Ejecutivo se limitaban a mostrar su “respeto” por la sentencia. Pero el presidente del Gobierno, que durante mucho tiempo fue amigo de Matas, sobre todo cuando ambos eran ministros —llegaron a veranear juntos en el yate de Gabriel Escarrer, el dueño de Sol Meliá— ya mostró en 2010 esa distancia: “Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”. Era la condena interna definitiva. Solo seis años antes, Rajoy llegó a decir: “Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares”.
Esa frase de 2004, parecida a la del “ciudadano y político ejemplar” que le dedicó el presidente a Carlos Fabra, aún hoy líder del PP de Castellón, fue utilizada por la portavoz del PSOE, Soraya Rodríguez, para reclamar explicaciones a Rajoy. El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, recordó que Matas ya dejó el PP en 2010 y dijo “veremos como acaba” al recordar que la sentencia no es firme. Lo que más le preocupa al PP es que la imagen de corrupción pueda complicar la campaña andaluza, centrada en los escándalos del PSOE. No en vano este mismo viernes, día del cierre de campaña, el Consejo de Ministros aprobará la Ley de Transparencia.
El PP intentó alejarse todo lo posible del expresidente balear. El más contundente fue Alberto Fabra, presidente de la Comunidad Valenciana y sucesor de Francisco Camps. Rodeado de escándalos de corrupción, en los que el único dimitido hasta ahora es el propio Camps, Fabra anunció que retirará a Matas la distinción de embajador de la Comunidad Valenciana. Otra condena interna más. Y un gesto para distanciarse también de Camps, que la concedió en su día. “Quien no entienda que la política es ejemplaridad, entrega, responsabilidad, rigor y compromiso no tiene cabida en el partido”, señaló Fabra.
El PP valenciano está en pleno proceso de renovación con un congreso regional a la vista. Fabra quiere hacerse con el poder definitivamente —fue nombrado de forma apresurada cuando dimitió Camps— y eliminar poco a poco los restos del campismo y los dirigentes más vinculados a los escándalos, como el propio Carlos Fabra, factotum de Castellón. Es posible que lo consiga. Los asistentes al mitin en el que Fabra anunció que retiraba a Matas el título de embajador aplaudieron a conciencia. Son los mismos cuadros que hace solo unos meses aplaudían a Camps cuando insistía en aguantar pese al escándalo del caso Gürtel.
El PP y el entorno de Rajoy, defienden que el presidente del Gobierno, a su estilo, a su ritmo, muy poco a poco, está renovando el partido y alejándose de los focos de posible corrupción. Es lo que hizo José Ramón Bauzá, después de heredar el PP balear que había dejado la que fue mano derecha de Matas, Rosa Estarás. Ella fue enviada de urgencia a Bruselas como eurodiputada cuando la investigación judicial iba cercando al partido. Rajoy decidió entonces que había que dinamitar la formación y eligió a Bauzá, un farmacéutico alcalde de Marratxí y uno de los poquísimos dirigentes que no estuvo nunca en el Gobierno de Matas. Bauzá decidió efectivamente reventar la formación y eliminar de las listas a todos los imputados.
El actual presidente de Baleares, no se habla con Matas y ha hecho de todo para alejarse de su herencia. Tras la sentencia se le preguntó si cree que el PP debe pedir perdón por la corrupción. “Nosotros ya hicimos lo que tuvimos que hacer, con una renovación del partido, y no voy a hacer más valoraciones que no sean el total y más absoluto respeto a las decisiones judiciales”, remató.
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. EL PAÍS.com - Carlos E. Cué - Madrid - 20 MAR 2012
. EL PAÍS.com - Carlos E. Cué - Madrid - 20 MAR 2012
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