Trayvon Martin en una imagen proporcionada por la familia.
El jefe de la policía de Sanford, Bill Lee, justificó la puesta en libertad del supuesto asesino "porque había actuado en defensa propia"
El Departamento de Justicia de Estados Unidos investigará la muerte de un joven afroamericano de 17 años por los disparos de un vigilante voluntario de una comunidad de vecinos de Orlando. El supuesto asesino, George Zimmerman, es un hispano de 28 años que quedó en libertad a las pocas horas. El suceso ha resucitado el debate sobre la discriminación en el país, los derechos civiles de las minorías y la igualdad ante la ley.
La Administación Obama ha respondido así a tres semanas de polémica y escándalo que se ha extendido desde Florida al resto del país, que ha congregado a numerosos artistas y músicos -desde Wyclef Jean a Spike Lee o Mia Farrow- incluida una petición para el arresto del supuesto asesino que ya cuenta con más de medio millón de firmas ciudadanas.
El pasado 26 de febrero, Trayvon Martin, estaba visitando a una amiga de su padre en un vecindario de Orlando, Florida, cuando salió a una tienda cercana. Compró una bolsa de gominolas y un refresco y volvió a salir a la calle de vuelta a la vivienda. A partir de ahí, tres llamadas telefónicas permiten reconstruir los hechos. La primera es la realizada por Zimmerman, que llamó a la policía porque había un "tío realmente sospechoso" en el vecindario.
"Parece que está aquí para crear problemas, parece que está drogado o algo. Está lloviendo y está caminando por aquí como si nada". Ante las preguntas del agente de policía, Zimmerman contestó que el sospechoso se acercaba a él, que tenía la mano en la cintura y que era afroamericano: "Le pasa algo, creo que viene a por mí, tiene algo en las manos, no entiendo qué hace, estos cabrones siempre se salen con la suya".
Al mismo tiempo, Martin estaba hablando por teléfono con su novia. Los abogados de la familia han presentado hoy el historial de llamadas de aquella noche, así como la declaración de la joven, cuya identidad no ha sido revelada y que requirió atención hospitalaria al conocer que había sido la última persona en hablar con Martin antes de que éste muriera. Según el abogado Benjamin Crump, la chica le escuchó preguntar a Zimmerman "¿por qué me está siguiendo?" y cómo él le contestaba "¿Qué haces aquí?". Justo después, la joven alega que oyó que habían empujado a Martin y que escuchó un forcejeo en el que pedía ayuda, justo antes de que se cortara la comunicación.
La grabación policial registró a una agente preguntando a Zimmerman si estaba persiguiendo al sospechoso tras bajarse del coche, a lo que él contestó que sí. La agente dice entonces "no, no necesitamos que haga eso".
En una tercera llamada, una vecina del complejo Twin Lakes, a las afueras de Orlando, alertó a la policía de que había oído a un joven pedir auxilio e, inmediatamente después, un disparo. Martin murió por un impacto de bala en el pecho. Su padre le daría esa noche por desaparecido, pero los agentes de policía llegarían esa noche a la casa para enseñarle la foto de la víctima. Era su hijo.
Tracy Martin y Sabrina Fulton, padres de la víctima, han vuelto a pedir hoy a través de sus abogados que se detenga a Zimmerman. Ni ellos ni los miles de ciudadanos que han respondido escandalizados a este suceso, que podría convertirse en el último en una larga historia de agresiones y asesinatos por discriminación racial, comprenden por qué el supuesto asesino quedó en libertad sin cargos tras alegar que actuó en defensa propia.
Según los abogados, los agentes tardaron cinco minutos en llegar a la escena del crimen desde esta llamada, lo que "no deja demasiado tiempo para el forcejeo entre los dos jóvenes". Crump explicó que a partir de ahora colaborarán con la investigación iniciada por el Departamento de Justicia y el FBI "porque la familia no confía en la policía local".
"El Departamento de Justicia va a investigar lo que muchos de nosotros creemos que ocurrió", declaró a CNN la abogada Judith Browne, especialista en casos de derechos civiles. "Si hubiera sido un joven afroamericano disparando contra uno blanco, la situación sería muy distinta".
"Como padre de dos adolescentes afroamericanos, esté caso me toca de cerca", escribía este fin de semana Charles Blow, columnista de The New York Times. "Ése es el pánico que me atrapa cada vez que mis chicos están en la calle: que un hombre con una pistola y una mano temblorosa decida que son 'sospechosos'. (…) Esa es la lacra de los jóvenes afroamericanos en América".
La familia de Zimmerman, por su parte, emitió un comunicado esta semana criticando a los medios de comunicación por calificar a su hijo de racista, alegando que había crecido en una familia multirracial. El jefe de la policía de Sanford, Bill Lee, justificó la puesta en libertad del supuesto asesino "porque había actuado en defensa propia" y alegó que la acusación deberá aportar evidencias que refuten tal afirmación.
El sistema judicial norteamericano, basado en la presunción de inocencia, impone a la acusación la obligación de demostrar la culpabilidad del sospechoso, en este caso Zimmerman, "más allá de cualquier duda razonable", por lo que necesitarán de todas las pruebas circunstanciales para incriminarle.
Zimmerman se habría beneficiado además de una de las leyes de posesión de armas más permisivas de todo EE UU. La ley estatal de Florida, además, permite desde 1987 que los ciudadanos lleven armas de fuego en sus vehículos, y adquirirlas sin tener que cumplir con el período de espera que requiere la ley federal. Otra ley de 2005, aprobada por el Gobernador Jeb Bush -hermano del expresidente George Bush-, permite a los ciudadanos utilizar la fuerza en caso de amenaza y sin intentar huir antes del peligro.
El próximo día 10 de abril, el estado de Florida convocará a un Gran Jurado para escuchar los argumentos de ambas partes implicadas en el caso y determinar el avance o rechazo de la denuncia impuesta por los padres de Martin contra George Zimmerman.
EL PAÍS.com - Cristina F. Pereda - Washington - 20 MAR 2012
El jefe de la policía de Sanford, Bill Lee, justificó la puesta en libertad del supuesto asesino "porque había actuado en defensa propia"
El Departamento de Justicia de Estados Unidos investigará la muerte de un joven afroamericano de 17 años por los disparos de un vigilante voluntario de una comunidad de vecinos de Orlando. El supuesto asesino, George Zimmerman, es un hispano de 28 años que quedó en libertad a las pocas horas. El suceso ha resucitado el debate sobre la discriminación en el país, los derechos civiles de las minorías y la igualdad ante la ley.
La Administación Obama ha respondido así a tres semanas de polémica y escándalo que se ha extendido desde Florida al resto del país, que ha congregado a numerosos artistas y músicos -desde Wyclef Jean a Spike Lee o Mia Farrow- incluida una petición para el arresto del supuesto asesino que ya cuenta con más de medio millón de firmas ciudadanas.
El pasado 26 de febrero, Trayvon Martin, estaba visitando a una amiga de su padre en un vecindario de Orlando, Florida, cuando salió a una tienda cercana. Compró una bolsa de gominolas y un refresco y volvió a salir a la calle de vuelta a la vivienda. A partir de ahí, tres llamadas telefónicas permiten reconstruir los hechos. La primera es la realizada por Zimmerman, que llamó a la policía porque había un "tío realmente sospechoso" en el vecindario.
"Parece que está aquí para crear problemas, parece que está drogado o algo. Está lloviendo y está caminando por aquí como si nada". Ante las preguntas del agente de policía, Zimmerman contestó que el sospechoso se acercaba a él, que tenía la mano en la cintura y que era afroamericano: "Le pasa algo, creo que viene a por mí, tiene algo en las manos, no entiendo qué hace, estos cabrones siempre se salen con la suya".
Al mismo tiempo, Martin estaba hablando por teléfono con su novia. Los abogados de la familia han presentado hoy el historial de llamadas de aquella noche, así como la declaración de la joven, cuya identidad no ha sido revelada y que requirió atención hospitalaria al conocer que había sido la última persona en hablar con Martin antes de que éste muriera. Según el abogado Benjamin Crump, la chica le escuchó preguntar a Zimmerman "¿por qué me está siguiendo?" y cómo él le contestaba "¿Qué haces aquí?". Justo después, la joven alega que oyó que habían empujado a Martin y que escuchó un forcejeo en el que pedía ayuda, justo antes de que se cortara la comunicación.
La grabación policial registró a una agente preguntando a Zimmerman si estaba persiguiendo al sospechoso tras bajarse del coche, a lo que él contestó que sí. La agente dice entonces "no, no necesitamos que haga eso".
En una tercera llamada, una vecina del complejo Twin Lakes, a las afueras de Orlando, alertó a la policía de que había oído a un joven pedir auxilio e, inmediatamente después, un disparo. Martin murió por un impacto de bala en el pecho. Su padre le daría esa noche por desaparecido, pero los agentes de policía llegarían esa noche a la casa para enseñarle la foto de la víctima. Era su hijo.
Tracy Martin y Sabrina Fulton, padres de la víctima, han vuelto a pedir hoy a través de sus abogados que se detenga a Zimmerman. Ni ellos ni los miles de ciudadanos que han respondido escandalizados a este suceso, que podría convertirse en el último en una larga historia de agresiones y asesinatos por discriminación racial, comprenden por qué el supuesto asesino quedó en libertad sin cargos tras alegar que actuó en defensa propia.
Según los abogados, los agentes tardaron cinco minutos en llegar a la escena del crimen desde esta llamada, lo que "no deja demasiado tiempo para el forcejeo entre los dos jóvenes". Crump explicó que a partir de ahora colaborarán con la investigación iniciada por el Departamento de Justicia y el FBI "porque la familia no confía en la policía local".
"El Departamento de Justicia va a investigar lo que muchos de nosotros creemos que ocurrió", declaró a CNN la abogada Judith Browne, especialista en casos de derechos civiles. "Si hubiera sido un joven afroamericano disparando contra uno blanco, la situación sería muy distinta".
"Como padre de dos adolescentes afroamericanos, esté caso me toca de cerca", escribía este fin de semana Charles Blow, columnista de The New York Times. "Ése es el pánico que me atrapa cada vez que mis chicos están en la calle: que un hombre con una pistola y una mano temblorosa decida que son 'sospechosos'. (…) Esa es la lacra de los jóvenes afroamericanos en América".
La familia de Zimmerman, por su parte, emitió un comunicado esta semana criticando a los medios de comunicación por calificar a su hijo de racista, alegando que había crecido en una familia multirracial. El jefe de la policía de Sanford, Bill Lee, justificó la puesta en libertad del supuesto asesino "porque había actuado en defensa propia" y alegó que la acusación deberá aportar evidencias que refuten tal afirmación.
El sistema judicial norteamericano, basado en la presunción de inocencia, impone a la acusación la obligación de demostrar la culpabilidad del sospechoso, en este caso Zimmerman, "más allá de cualquier duda razonable", por lo que necesitarán de todas las pruebas circunstanciales para incriminarle.
Zimmerman se habría beneficiado además de una de las leyes de posesión de armas más permisivas de todo EE UU. La ley estatal de Florida, además, permite desde 1987 que los ciudadanos lleven armas de fuego en sus vehículos, y adquirirlas sin tener que cumplir con el período de espera que requiere la ley federal. Otra ley de 2005, aprobada por el Gobernador Jeb Bush -hermano del expresidente George Bush-, permite a los ciudadanos utilizar la fuerza en caso de amenaza y sin intentar huir antes del peligro.
El próximo día 10 de abril, el estado de Florida convocará a un Gran Jurado para escuchar los argumentos de ambas partes implicadas en el caso y determinar el avance o rechazo de la denuncia impuesta por los padres de Martin contra George Zimmerman.
EL PAÍS.com - Cristina F. Pereda - Washington - 20 MAR 2012
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