Incluso para lo habitual en Aerosmith, banda pródiga en disparates, era demasiado.
Joe Perry, su guitarrista, acaba de anunciar a un diario de Las Vegas que el grupo rompe con su cantante, Steven Tyler. Reacciona así ante un comentario de Tyler en Internet, donde alardea de abandonar a sus compañeros, no se sabe si temporal o definitivamente. No sólo se sabe ya que el vocalista ha cortado la comunicación con los instrumentistas: incluso, les cuelga el teléfono. Pero el show debe continuar: están buscando un nuevo frontman para que Aerosmith llegue a los fastos de su cuadragésimo aniversario.
Joe Perry, su guitarrista, acaba de anunciar a un diario de Las Vegas que el grupo rompe con su cantante, Steven Tyler. Reacciona así ante un comentario de Tyler en Internet, donde alardea de abandonar a sus compañeros, no se sabe si temporal o definitivamente. No sólo se sabe ya que el vocalista ha cortado la comunicación con los instrumentistas: incluso, les cuelga el teléfono. Pero el show debe continuar: están buscando un nuevo frontman para que Aerosmith llegue a los fastos de su cuadragésimo aniversario.

Renunciando a los paralelismos obvios, lo que queda es una biografía genuinamente americana. Tyler y compañía abusaron tanto de todo que terminaron convertidos en una parodia de sí mismos. El guitarrista dejó Aerosmith a finales de 1979 para encabezar The Joe Perry Project, pero ambas partes habían perdido la chispa. A mediados de los ochenta, enfrentados a la ruina, recompusieron la formación original y firmaron con Geffen Records.


Al genuino estilo del showbiz, confesaron sus pecados en libros y entrevistas. Lo que contaban superaba cualquier fantasía: Steven Tyler descubrió que tenía una hija -Liv Tyler, luego reconocida actriz- que creció lejos, protegida de los excesos de su progenitor. La nueva fórmula funcionó perfectamente; volvieron a ser fichados por su primera compañía, en uno de esos contratos propios de los años de vacas gordas. Hasta que, ya bien entrados los noventa, circularon susurros de que el cantante, ya sabes, volvía a pasear por el lado peligroso. Lo negó pero una serie de accidentes y cancelaciones sugerían que era eso o bien Tyler se había convertido en un desastre andante. Ahora, su socio Joe Perry lo explica más finamente: "Steven lleva tiempo sin dar el ciento por ciento".
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Como me gustaria que solo fuera un mal rollo pasajero y que lo arreglaran tomandose unas litronas...
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Fuente: EL PAIS.com
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