Hace unos días, a Sor María la han llevado a los tribunales por haber robado, parece, niños recién nacidos allá por los 80. Hay auténticas sinvergüenzas envueltas en hábitos. No por no generalizar, sin embargo, diré jamás que las monjas son todas iguales como los curas tampoco lo son. De todo hay. A menudo, sin embargo, los más protestones son los que menos suben en la jerarquía católica. Lamer culos y decir a todo que sí al exhibicionista patriarca vaticano es lo que tiene.
Hace unos años, cuando era mucho más joven e infinitamente más ingenuo tras un proceso ‘born Christian again’, durante una celebración así como alternativa, una monja me abrió los ojos cuando durante la sección de peticiones, pidió a viva voz por el fin de la discriminación de la mujer en el seno de la Iglesia Católica y la aceptación de la sexualidad humana en todas sus variantes. Los ‘born again’ nos quedamos de piedra en el momento. El resto de las monjas asintieron tímidamente con la cabeza.
Algo así acaba de suceder con la ‘Leadership Conference of Women Religious‘ una asociación de monjas estadounidenses compuesta por cerca de 60.000 miembros, la más grande del país. El Papa, se ha mosqueado.
El Papa se ha dedicado, en su ascenso de discreto y, ojito, pro-Vaticanista II liberal a Señor Supremo de las Artes Oscuras para alcanzar el Poder que ansiaba, a ponerse del lado de la ultraderecha más rancia. En su ascenso, colaboró con otros, incluyendo el anterior Papa, para acabar con aquellos que Comulgaban con la Teoría de la Liberación, por ejemplo. Es decir, aquellos que con más claridad seguían el mensaje de Jesús de Nazareth, poniéndose al lado de los más necesitados y oprimidos. Auténticos mitos como Hélder Câmara, Ignacio Ellacuría o Monseñor Romero han sido prácticamente desterrados de la memoria histórica reciente católica. El asesinato de estos dos últimos, apenas tuvo queja en las paredes Vaticanas. Juan Pablo II fue el perfecto sustituto de su antecesor para aquellos extremistas que querían a un aliado de verdad en Roma.
Pero bueno, a lo que vamos. Que las monjas estadounidenses están hasta el felpudo de ser deshonestas y permitir que tradicionalismos enfermos sigan perjudicando a la mujer dentro del seno de la Iglesia y continúe considerándolas ‘ciudadanas de segunda’. El Vaticano ha puesto el grito en el CIelo y sin mencionar a qué se refieren abiertamente, sí que sueltan perlas como que ‘los temas de feminismo radical son incompatibles con la Fe Católica’ y se siente preocupado por el ‘silencio’ del Colectivo acerca del matrimonio igualitario.
Roma dice que las monjas tienen ‘serios problemas doctrinales’ y, aparte de lo dicho en el párrafo anterior, llaman la atención acerca del hecho que ‘Network’, un sistema social creado por monjas, se centra demasiado en la ayuda a los más pobres y en la injusticia económica.
William Levada, que es el vividor ex-arzobispo de San Francisco y jefe de la Inquisición en Estados Unidos (porque el nombre de siempre, es el que merecen) ha encargado la revisión de los estatutos del grupo, reemplazar el Manual usado por las monjas así como la aprobación de los portavoces de la Congregación. A ver si a estas alturas alguien no se había dado cuenta aún de que la Iglesia Católica es una Dictadura. La única, por cierto, que recibe, oficialmente, subvenciones estatales por ello (unos 10.000 millones de euros este año de las arcas del Estado Español, por ejemplo) y sin pagar impuestos.
Viendo este tipo de basura, me pregunto si llegará el día en que dentro de la Iglesia Católica estalle una revolución que vaya más allá de la escisión tímida o el escapismo. Todos íbamos a agradecer la tormenta de aire fresco.
Vía I Advocate - ambienteg.com - Dan - 19 de abril de 2012
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