Mostrando entradas con la etiqueta Teatro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Teatro. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de septiembre de 2012

'¿Quién teme a Virginia Woolf?': Las noches etílicas de Carmen Machi


    Llega de rodar con Pedro Almodóvar y está de gira con 'Juicio a una zorra'
    Se suma a un elenco que ya ha interpretado la obra en Barcelona



Está en racha. Llega a Madrid con el elogio subido. Y con la respiración cortada después de acompañar a Almodóvar en el rodaje de 'Los amantes pasajeros' y pasear su 'Juicio a una zorra' por teatros de media España. Sin tiempo apenas de reflexionar, se sube a una propuesta llena de aristas, '¿Quién teme a Virginia Woolf?'. De esas que dan para lucirse. O para estrellarse.

Carmen Machi es consciente de que todas las miradas están sobre su interpretación de la Martha que creó Edward Albee. Su mano a mano con Amparó Baró en el 'Agosto' de Tracy Letts y su soberbio trabajo con Miguel del Arco le han encumbrado. Pero pide calma: "He tenido suerte, pero no me recreo en las alabanzas. Es muy peligroso porque parece que te obliga a no equivocarte nunca y yo, si me equivoco, me equivoco. La vida es muy corta. Hay que arriesgar y puede pasar de todo. No puedes dejar que la presión te pare".

    "Si me equivoco, me equivoco. La vida es muy corta. Hay que arriesgar y puede pasar de todo. No puedes dejar que la presión te pare"

La clave de la carrera que está construyendo, o al menos parte de ella, está en la riqueza de los personajes que elige. Mujeres amargas, complicadas, llenas de vida. "Me están ofreciendo cosas muy bonitas y no las voy a dejar pasar así como así, tengo que disfrutarlas. Cuanta más edad tienen los personajes, más interesantes se hacen para el actor y como por mí también pasan los años... Creo que eso es lo que está ocurriendo, nada más", afirma sobre el escenario del Teatro La Latina, su casa hasta mediados de octubre. Ahora le toca parar, toca concentrase en Martha.

"Es una mujer que me cae bien, entiendo qué le ocurre. Yo nunca me comportaría como ella porque no tengo sus frustraciones y su amargura, pero la comprendo, veo de dónde le vienen y porqué revienta de esa manera; porqué necesita destruir lo que más quiere, que es el primer paso hacia la autodestrucción. Eso, que para la vida es un horror, para interpretarlo, es un regalo", explica.

Noches de alcohol

En ese proceso de autodestrucción le da la réplica Pere Arquillué -un "amigo" con el que ya ha trabajado antes-, que eleva el nivel de la discusión; la amargura de un matrimonio que bulle. Arquillué, como el resto del equipo, llegan de triunfar con la obra en el Teatre Romea de Barcelona. Es Machi la que se suma a un elenco ya rodado. La nueva. "No he vivido el proceso natural de ensayos, que normalmente es de un mes y medio; he tenido que hacerlo en un tiempo récord, pero también está siendo muy gozoso porque estoy muy bien rodeada. Y al final, para todos es como un nuevo estreno porque ahora lo hacen en castellano".

El alcohol es un personaje más del texto. Forma parte del atrezzo, del mobiliario, de las manos de los actores... y empaña cada palabra, cada dardo envenenado que se lanzan. "Se trata de dos personas que se aman, o que se amaron al menos, y que en sus noches etílicas tratan de recuperar lo que han perdido", cuenta Machi. En la cabeza de todos surge Elizabeth Taylor gritándole a Richard Burton en la versión para cine de Mike Nichols, aunque Machi asegura que ha preferido olvidarla.

La actriz toma tierra en Madrid tras haber participado en el rodaje de 'Los amantes pasajeros, de Pedro Almodóvar. "Te pone mucho las pilas trabajar con él. Yo siempre descubro cosas de mí que no conocía como actriz. Tiene una capacidad para llevarte a una dificultad añadida y que luego parezca muy fácil. Y está en su mejor momento para hacer una comedia. Creo que le ha salido muy bien". Y le espera un año 'cargado': seguirá con 'Juicio a una zorra' al menos hasta la primavera de 2013, prepara una producción en el Teatro Lliure de Barcelona y "algo de cine también por ahí". Lo dicho, Carmen Machi está en racha.

elmundo.es - Raquel Quílez | Daniel Izeddín - Madrid - viernes 14/09/2012

¿Quién teme a Virginia Woolf? | Teatro La Latina | Desde 30'50 euros | Hasta el 12 de octubre

jueves, 9 de agosto de 2012

Muere el actor Sancho Gracia, un torrente creativo en el escenario


Sancho Gracia, en julio de 2011.

El artista, de 75 años, ha fallecido como consecuencia de las complicaciones de un cáncer
Actor de raza, discípulo de Margarita Xirgu, saltó a la fama con su papel en 'Curro Jiménez
La capilla ardiente, instalada en el Tanatorio de la Paz en Tres Cantos



Sancho Gracia eran los apellidos por los que se dio a conocer este gran actor de raza cuyo nombre era Félix. Murió este miércoles al filo de la medianoche a los 75 años en Madrid, a causa de un cáncer. El último que padeció: "Me lo encontraron demasiado tarde, por eso he aprendido que es importante hacerse una revisión cada año", afirmó hace algunos años, en una entrevista.

Era capaz de calzarse cualquier personaje y entregarse a él en cuerpo y alma. Discípulo de la gran Margarita Xirgu, con la que aprendió en Montevideo, ciudad a la que su familia se exilió a causa de la Guerra Civil, pocos años después de que él naciera en Madrid en 1936. Aunque en más de una ocasión señaló que había dejado de cumplir años a los sesenta, poco antes de vencer varias batallas al cáncer, pero no la última.

En 1963 regresó a España donde, en 1976, protagonizó la serie que le llevó a la fama, Curro Jiménez, con su gran amigo Álvaro del Amo. Pero ese sólo fue uno de sus numerosos trabajos en la pequeña pantalla, entre los que destacan, en los años ochenta, El Empecinado en Los desastres de la guerra y el asesino Jarabo en La huella del crimen. Años después protagonizó Lobos y Días de luz.

De verbo infatigable, le gustaba contar anécdotas y mantener largas charlas con sus amigos y compañeros de oficio, a los que era verdaderamente adicto. Un oficio que ejerció de manera visceral y pasional, sobre todo el trabajo en el teatro. "Llevo tantos años dentro del teatro, que no sé para qué me ha servido, pero sí es una profesión que me tiene enganchado y no me pienso bajar de ella. De no haber sido actor, me hubiera gustado ser actor, lo he hecho desde pequeño y quería ser actor desde que tengo recuerdos", señaló en una de sus últimas entrevistas en este diario.

Sus dos últimos trabajos en las películas Balada Triste de Trompeta y Entrelobos, y en teatro Versos bandoleros y Canciones escondidas, un paseo poético autobiográfico realizado bajo la dirección de Miguel Narros, no han pasado desapercibidos. Sancho Gracia se sentía especialmente orgulloso de que uno de sus hijos, Rodolfo Sancho, haya heredado su profesión en la que destaca por su gran oficio desde hace años.

Su debut teatral fue en Uruguay, bajo la dirección de Margarita Xirgu, en un montaje que la gran actriz y maestra de actores hizo de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, aunque también le escogió para otras puestas en escena de obras de Lorca, a quien esta mujer prácticamente descubrió y apoyó en los años 20 y 30 del pasado siglo, e incluso intentó por todos los medios llevarse a Lorca a Cuba, donde ella estaba cuando el "golpe de estado franquista", como lo definía el actor hoy desaparecido, pero sin éxito porque Lorca no quiso moverse de España.

Tras sus primeros trabajos, Sancho Gracia transitó por Lope de Vega, y protagoniza uno de los Calígula, de Camus, que puso en pie José Tamayo, afamado director que contó con él en varias ocasiones, para trabajar en obras de Valle Inclán, al que adoraba, Lope de Vega, Benavente…

Hoy puede parecer insólito que en los años sesenta y en pleno franquismo, este hombre antifascista pudiera trabajar con textos de Albert Camus, Robin Maughn (El sirviente), Harold Pinter, Jeremy Saunders, Albert Roussin y la afamada Fortunata y Jacinta de Pérez Galdós. "Me he sentido comprometido con muchas cosas, sociales, políticas, con mi oficio y con mi familia. Lo que siempre he pensado es que se podrían hacer menos cabronadas en el mundo, pero cada día está peor todo", dijo el verano pasado, cuando confesó que su familia era lo más importante para él. Una familia encabezada por su mujer, la periodista uruguaya Noela Aguirre y sus hijos Rodrigo, Rodolfo y Félix.

También Miguel Narros le tenía como uno de sus actores fetiches y le dio papeles protagonistas en obras de Bernard-Marie Koltés y Arthur Miller, sin olvidar que fue precisamente este director el que le dirigió sus dos últimos trabajos escénicos, La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos y el mencionado monólogo autobiográfico Versos bandoleros y Canciones escondidas, en el que Sancho Gracia hacía, más que un repaso profesional por su vida, que también, un auténtico streptease emocional con el que dejaba petrificado al público en la butaca.

Otros éxitos suyos en los escenarios fueron Tiempo de espadas, de Jaime Salom, Don Juan Tenorio, con puesta en escena de Gustavo Pérez Puig, fallecido recientemente y su difícil y brillante trabajo como Goya, en la obra de Alfonso Plou, dirigida por Carlos Martín.

Su trayectoria como actor de cine siempre corrió en paralelo con sus trabajos escénicos. La inició en 1962 con Pampa salvaje, de Hugo Fregonese y luego se puso a las órdenes de directores como Tom Gries (Cien rifles, que durante el rodaje mantuvo un romance con Raquel Welch), Juan Antonio Bardem, A. Lubin, Charlton Heston (Marco Antonio y Cleopatra), Ken Annakin, Enrique Urbizu, Adolfo Aristarian, Vicente Aranda, William J. Corcoran, Alex de la Iglesia, Daniel Monzón, Benito Rabal, Fernando Guillén Cuervo, José Luis Cuerda y Sigfrid Monleón. También trabajó en Australia y otros países.

Incluso él llegó a dirigir Huidos, que firmó como Félix Sancho Gracia, su nombre completo, al igual que la serie televisiva El último maquis. En ambos casos participó no sólo como actor, sino también como productor, al igual que en otros trabajos.

La popularidad le llegó por la pequeña pantalla, donde participó en varios Estudio 1, entre ellos el mítico de Doce hombres sin piedad, uno de los muchos trabajos sobresalientes de Gustavo Pérez Puig, y a partir de los años setenta en conocidas series como Los tres mosqueteros, Los camioneros, La máscara, La virtud del asesino y Curro Jiménez, donde en 40 episodios logró convertirse en un actor de los que paraban permanentemente por la calle, hasta el final de su vida.

Nunca dejó de ser para el público Curro Jiménez. Incluso fascinó a personas poco fáciles de abducir, como la cineasta Pilar Miró, quien trabajó como realizadora en varios capítulos de esta serie. Lo cuenta Diego Galán en el libro sobre Miró, quien confesó que rodando un día en Matalascañas quedó fascinada por Sancho. "No fue más que un instante. Mágico. Miraba ella por el objetivo de la cámara preparando el rodaje de un plano del actor a caballo, cuando el animal se alzó sobre sus patas traseras, nervioso de tanta espera o quizás espoleado por el propio caballista. Ella quedó deslumbrada por la hombría con que el bandolero controlaba al animal, por su serenidad y sentido del humor. Sancho sobre el caballo, dominante, seguro, viril…"

Miró llegó a escribir: "Estuve como en éxtasis mientras decía ¡motor!, mirándome en él y su caballo. Fui completamente feliz, de veras" Luego se encontraron cara a cara, pero ella ya se sentía cansada para iniciar un nuevo romance: "Ha sido un bonito sueño, pero ahora basta, no puedo caer en el sentimentalismo de siempre. Hay que olvidar, pasar por las cosas sin dejar nada en ellas."

A lo largo de su carrera obtuvo numerosos galardones, entre ellos la Medalla de Oro de las Bellas Artes, varios Premio Ondas, Premio ACE de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York.

El actor, cuya capilla ardiente está instalada en el Tanatorio de la Paz en Tres Cantos, será incinerado a las 12 de la noche de hoy jueves.


EL PAÍS.com - Rosana Torres - Madrid - 9 AGO 2012 
.
 

sábado, 23 de junio de 2012

Fallece a los 72 años el actor Juan Luis Galiardo



Cuenta la leyenda (la suya, él creó su propia leyenda) que Juan Luis Galiardo se despojó un día de toda su ropa y se plantó desnudo y flaco como don Quijote ante Manuel Gutiérrez Aragón cuando el cineasta estaba buscando encarnadura para el protagonista de la más famosa locura de la historia de la literatura. “Estos son mis depojos, no me digas ahora que no soy el Quijote”.

Tuvo el papel. Su historia comenzó en la costa andaluza, y es mezcla de extremeños y andaluces. Extremado en casi todo, estuvo a punto de sepultar en el hielo de Finlandia a Charlton Heston, y en medio de esa locura (de la que obtuvo certificados) halló a un psiquiatra benefactor, el doctor Manuel Trujillo, al que le juró gratitud y fe eterna. Fue, en los años de su esplendor, el don Juan del cine que en el franquismo distrajo las tardes de los españoles, pero aquel incidente con Heston (en 1972) le volvió la cabeza a la insensatez y a la aventura, así que dejó de ser un galán para convertirse en un actor atormentado y un ciudadano que no cesaba de quejarse (y de reírse) de su destino.

Un día le contó algunas de sus desventuras a Rafael Azcona, que inventó muchos papeles para él, y a José Luis García Sánchez, que lo envolvió en esos papeles como su director más habitual; al término del relato, Galiardo se quedó en silencio como si el maestro de los guionistas españoles le fuera a dar un abrazo o la bendición. Le dijo Azcona:

- Con eso que me cuentas Dostoievski no hubiera escrito ni media línea.

Cuando le vio los dientes al desenlace fatal de la vida (en torno a 2009, cuando tenía 69 años), se rodeó de medicinas pero sobre todo de alimentos que creía saludables, capaces de otorgar la salud eterna, y los ingería con la desesperación divertida con la que buscó el equilibrio que la vida siempre le hurtó.

Era muy ocurrente, y muy trabajador, un empecinado. No paró jamás; fue productor, director, actor… En los últimos años de su vida, despojado definitivamente, o casi, del cuerpo glorioso que le dio la naturaleza, buscó papeles como aquel quijote desmejorado o como el avaro de Moliére, e incluso buscó en Shakespeare y en Cervantes compañeros de juegos y de asuntos que él abordaba como si acabara de llegar a este mundo.

Ese fue su rasgo, la grandilocuencia, el entusiasmo. No se arredró ante nada, y mucho menos ante la ruina. Conducía su coche, un jaguar que olía a cuero viejo, como si estuviera paseando por Hollywood o por Berlín, mirando hacia el asiento de al lado, gesticulando como si delante lo estuviera filmando una troupe de directores famosos pendientes de su dicción perfecta. Un día me dijo, ya en esa fase de desconsuelo ante la salud esquiva, hablando de su ego famoso: “Pues mi ego está en un 10% de lo que fue. No es nada. Ahora ha muerto mi primera mujer, Juana, la madre de mis dos hijos. Y fuimos a buscar las cenizas. Cuando ves que alrededor disminuye tu mundo a hachazos, como el de la muerte de Rafael, no hay ego que valga, se va al suelo”.

Pero su ego no se fue al suelo; esa era una manera de luchar para seguir. Buscó papeles de decrepitud, pero pensando que su cuerpo, el que sentía la necesidad de seguir actuando, era el verdadero Galiardo, no el que estaba amenazado por el embate crucial de su vida. En aquella ocasión de remembranza recordó aquellos años en que se lo rifaban las chicas en las platós y aún más cerca. Cumplía entonces la famosa edad, 69, “dos números tan hermosos; le he jugado mucho en la ruleta, y en el juego sexual he sido 6 y 9, he sido todo. Ah, y no te he dicho, la película que ruedo ahora, Asesino a sueldo, de Salomón Chanh, es la número 169 de mi vida”.

Hizo de todo, ni la psiquiatría logró pararlo. Era temible, por su energía, por su facundia. “La anécdota que mejor me representa”, me dijo en otra entrevista, “es aquella que me sucedió en México, cuando actuábamos María Luis Merlo y yo recitando versos en el Hotel Camino Real. Un político mexicano me interrumpía cada vez que empezaba Verde que te quiero verde, y él gritaba Ázul, manito, hasta que María Luisa me miró, como alentándome, Súper, mátalo, y el tío tenía una pistola, pero me armé de la hidalguía de la raza, de la vergüenza torera, así que me abalancé sobre él, y el tío se achantó… Me salió la fuerza del huérfano, ese momento de la vida en que eres o héroe o cucaracha, y sales héroe… Luego supe que el tío se había achantado porque tenía una placa de plata en la cabeza, así que si yo caía sobre él, aunque fuera ya cadáver, lo mataba seguro”.

Fue un gran actor de teatro, hizo muchísimo cine (alimenticio y del bueno), y tuvo una gran oportunidad (aprovechada) en televisión, con la serie Turno de oficio, donde se sintió “reciclado por Antonio Mercero”. Era un perpetuo insatisfecho que picó su entusiasmo en muchos ríos, y fue actor de gente como el citado García Sánchez, José María González Sinde, Antonio Giménez Rico, Francisco Regueiro (“aquella excelente Madregilda”), José Luis Cuerda, Méndez Leite… “Yo no sería nada sin el espíritu que me regalaron… Y después vinieron los más jóvenes, Fernando León con Familia, Santiago Segura, David Trueba… Han sido tan importantes para mi como la psiquiatría”.

Tenía miedo y tenía miedos, y eso le confirió una ternura que él disimulaba detrás de un vozarrón que amainaba gracias a una risa que dominaba su cuerpo y se concentraba en los ojos. Fue muy querido, tan querido que parece imposible buscar ahora, en los recuerdos que dejó, otra cosa que leyendas benévolas de un testigo y un actor del tiempo oscuro y de los años turbulentos que acompañó con sus llantos y con sus carcajadas quijotescas de hombre desnudo frente al mundo.


EL PAÍS.com - Juan Cruz - Madrid 22 JUN 2012

jueves, 8 de marzo de 2012

Mario Gas abandona el Teatro Español


El director catalán aterrizó en el cargo de la mano de Gallardón en 2004
Se rumoreaba su salida desde la llegada a la alcaldía de Madrid de Ana Botella


El director de teatro Mario Gas deja la dirección del Teatro Español. Así lo han confirmado desde el propio teatro, aunque aún no precisan cuándo se va a producir esa salida. La marcha del director catalán se rumoreaba desde la llegada a la alcaldía de Madrid de Ana Botella, y la salida de la anterior delegada de Las Artes, Alicia Moreno. Esta mañana también hubo rumores en círculos municipales sobre una posible destitución de Mario Gas. Una portavoz municipal ha descartado que el director haya sido destituido.

El director catalán llegó al Ayuntamiento de Madrid en 2004 de la mano de Gallardón y, especialmente, de la de Moreno.El nuevo fichaje de Botella para la cultura madrileña, Natalio Grueso, se incorporó oficialmente ayer mismo como director de programación artística. Gas está actualmente dirigiendo el musical Follies en el Español, en cartel hasta abril.

Con motivo de este estreno, concedió una entrevista a este diario hace apenas un mes, en la que dijo sobre su futuro: “Mi situación es que soy director de este teatro, que tuve un primer contacto en el delegado de cultura y, de momento, estamos esperando a que nos cuenten más cosas”. Se titulaba: “Me molestan los mercaderes: Jesús los expulsó del templo”.

Elena G. Sevillano - EL PAÍS.com - Madrid 8 MAR 2012

lunes, 5 de marzo de 2012

George Clooney y Brad Pitt encabezan el espectacular reparto de '8', basado en la Proposición 8



Han trabajado juntos en la pantalla grande, que uno recuerde así a bote pronto, tres veces. Las tres, robando casinos, las tres, robando corazones. Además, son los protagonistas del mayor bromance del Hollywood contemporáneo. Les sobra talento, buenas pelis en sus respectivas bios y un ego descomunal, pero esto último importa un bledo. Su trincable aspecto y su extraordinario compromiso social con más de una causa, incluída la nuestra, nublan para siempre cualquier desliz narcisista.

Ahora, Giorgio y Bradley se reúnen para protagonizar la lectura de una obra escrita nada menos que por nuestro guionista más ilustre, Dustin Lance Black, basada en una de las peores pesadillas de estos tiempos de revolución americana, la Proposición 8, por fortuna ya cadáver, aunque algún obtuso crea ver aún alguna posibilidad legal de réplica.

Pitt y Clooney no estarán solos. Pisando la misma tabla estarán Kevin Bacon, Jane Lynch, John C. Reilly, Chris Colfer, George Takei, Matt Bomer o Jamie Lee Curtis entre otros. Ahí es nada.

La obra, que dirigirá en escena Rob Reiner, director en cine de ‘Algunos hombres buenos’, ‘Cuando Harry encontró a Sally’ y ‘Misery’, versa sobre todo el proceso judicial que giró en torno a la Proposición 8, jueces, abogados y parejas pendientes de lo que finalmente sucedió, de por medio.

 ‘The American Foundation for Equal Rights’ y ‘Broadway Impact’ retransmitieron la obra en vivo por Youtube a las 7:45 de la tarde, hora californiana, del pasado Sábado. 
 Esto es historia.

ambienteg.com - Dan   2 de marzo de 2012
.
 El video comienza en el minuto 17:58
.

domingo, 22 de enero de 2012

Agosto

 Amparo Baró y Carmen Machi protagonizan 'Agosto', un gran éxito del teatro estadounidense
    Última obra que dirige Gerardo Vera al frente del CDN
    Irene Escolar y Alicia Borrachero, también en el reparto
    El drama de una familia americana como metáfora de nuestro tiempo


Parece que todos estamos ansiosos ya por ver el montaje español de 'Agosto' (Condado de Osage) del que hemos oído: 1) que es una de las mejores obras estrenadas en Estados Unidos en los últimos años, 2) que cuenta en la versión español con un magnífico elenco en el que están Amparo Baró, Carmen Machi y la joven Irene Escolar (a la que los propios periodistas especializados en actualidad teatral elogiaban por su frescura y la seriedad de su carrera teatral (sin televisión)  antes de entrar, el pasado viernes, a la presentación a la prensa, en el madrileño Teatro Valle-Inclán.

Allí, en esa sede del Centro Dramático Nacional (CDN) dirigirá Gerardo Vera este 'Agosto', su última obra como director de este Centro cuyo mando lleva desde 2004 (y en el que le sustituirá Ernesto  Caballero), desde este martes 7 de diciembre hasta el 19 de febrero de 2012.

En ese encuentro con la prensa, Gerardo Vera anunció que no quería hablar mucho para no emocionarse; sin embargo, habló el que más, incluso apostillando las intervenciones de los intérpretes, seguramente por el entusiasmo que le produce dirigir en España, esta obra que nació, como él cuenta en un "teatrito de Chicago con compañía estable" y terminó pasando a Broadway y convirtiéndose en "el gran suceso teatral de los últimos años".


Letts abre las cloacas familiares

Y es que como dice Vera, hay mucho que hablar o que escribir sobre esta obra que Carmen Machi define como comercial ("atrae a mucho público"), que gustará "tanto a la señora que va a  Hipercor como al periodista, como al estudiante", apunta Vera y que al mismo tiempo, asegura el autor de la versión española,  Luis García Montero "es un texto útil para reflexionar sobre nuestra época", un tiempo, afirma el poeta, en el que "se confunde  espectaculo con entretenimiento"

La imagen más clara que el director nos da para entender la obra es ésta: "En el sótano de la casa donde vive esta familia, las alcantarillas rezuman, hacen ruido...Viven sobre un pozo de secretos, frustraciones, miedos, miedos, protecciones y refugios. Tracy Letts levanta la alcantarilla y aunque los actores se pasan la obra poniendo toallas bajo las puertas para impedir la inundación, el agua lo anegará todo, dejando solo, soledad"

Entusiasmo, el del director, compartido por todos y cada uno de los intérpretes, y sobre todo las intérpretes, ya que son ellas la que llevan las riendas de esta producción.

La primera en hablar, Amparo Baró; sin ella, Vera no habría querido montar esta producción. «Tardé unas horas en leerla, y le dije: “No es quiera hacerla, es que necesito hacer Agosto », explica con vehemencia. Y aclara que necesitaba hacer esta obra con Gerardo Vera, un director "lleno de inteligencia, que ama a los actores y es sensible". No se puede decir nada mejor de un director por boca de una actriz.

El otro que ama a los actores y sobre todo a las actrices, sospecha Carmen Machi, es el autor, Tracy Letts, que durante meses imaginaban autora (confirma Vera), a pesar de ser "un señor rubio estupendo, americano y con bigote". Pero esto no es lo más importante de Letts. Da la impresión, asegura Machi, de que "él es un miembro más de esa familia que retrata Agosto'. No aparece en la pieza, pero sí, asegura la actriz, "su madre, su padre o sus hermanas"


Lo confirma Gerardo Vera que afirma tajante que lo cuenta la obra no puede ser, no es "ficción literaria". El también está convencido de que Letts ha debido encontrarse en su vida con personalidades tan fuertes como la Violet (el personaje que encarna Amparo Baró). "Es la persona más mala que he visto en mi vida", afirma, haciendo referencia a las duras palabra que tiene para su hija, Bárbara (Carmen Machi).

Y a pesar de ello, reconoce que todas sus maldades son superadas por su cruel final, donde él la termina viendo como "un gorrión, enfermo de soledad"

Y aunque cree Machi que habrá gente que ría con algunas escenas comicas dentro de la tragedia, considera que la pieza es un "drama tremendo". La risa, la explica Vera, como catársis, "hay que reir por no llorar"

Tres generaciones teatrales

En 'Agosto' conviven tres generaciones (también del teatro español). Una abuela, Violet (Amparo Baró), su hija, Bárbara (Carmen Machi), y la nieta, Jean (Irene Escolar).

Irene Escolar, que, a sus 23 años, encarna a una chiquilla de 14 ("algo harto difícil", apunta Machi) habla con contundencia, emoción y dulzura a los periodistas, antes sus colegas.

Nos explica que para ella, estar sobre las tablas junto a Amparo Baró es lo más cercano que habrá en su vida a trabajar con su abuela, la desaparecida Irene Gutiérrez Caba. Que esta obra es importantísima para ella, también por estar dirigida por Gerardo Vera (él ya ha contó antes que por la amistad con sus padres, la consideraba como una hija) y por actuar junto a Carmen Machi a quien Escolar define como "la actriz y persona en que me gustaría convertirme"

Pero aún hay un motivo más para que esta joven actriz se sienta tan bien. Ella, nos cuenta, vio el montaje en Nueva York hace cuatro años y salió pensando que algún día querría hacer cualquiera de los papeles de la obra que más le había emocionado como espectadora.

Cuatro años después, cuando Vera y Machi llamaron a su puerta, aún conservaba en su móvil, las fotos furtivas que hizo de aquel montaje. Ella a esto lo llama "un trozo de la suerte de los actores que ahora me ha tocado". Sus compañeros y el director; "talento insólito"
.
.

sábado, 28 de noviembre de 2009

¡POR QUE ELLA SE LO MERECE!

Vicky Peña, premio Nacional de Teatro
"El teatro es mi caldo de cultivo. En él he proyectado mis inquietudes, mis preocupaciones. Todo".
Rotunda y feliz, Vicky Peña (Barcelona, 1954) recibió la noticia de su Premio Nacional de Teatro que el jurado le ha otorgado por "su carácter polifacético como actriz en los diferentes géneros, su labor referente de magisterio, su compromiso vital y activo con la profesión, y su capacidad de construir personajes muy auténticos como ha puesto de manifiesto en toda su carrera y recientemente, entre otros, en Sweeney Todd".

La actriz, que está preparando una pequeña gira con Après moi, le Déluge, de Lluisa Cunillé, y continúa con sus recitales de los textos de Damià Barbany De Mahagonny a Youkali, un viaje con Kurt Weill, que lleva casi 10 años representando, considera que la profesión de actriz de teatro no se reconoce lo suficiente. "En el teatro hay que hacer una labor de hormiga, carece de la inmediatez de la televisión o el glamour del cine. Es un trabajo de fajadores, de pelea diaria. El nuestro es un oficio que tiene mucho mérito y no se valora lo suficiente", señala esta mujer defensora activa y reivindicadora de los derechos del oficio de actor.
.
Joan Crosas (el barbero Sweeney Todd) y Vicky Peña (la señora Lovett), en una escena del musical.

Esta prolífica actriz de doblaje, en catalán y castellano, ha intervenido en una veintena de películas desde que en 1985 protagonizó A Electra le sienta bien el luto y ha participado en otras como La buena vida, de David Trueba, o Secretos del corazón, de Montxo Armendáriz. Vicky Peña, que interpreta a la madre del poeta Jaime Gil de Biedma en la película El cónsul de Sodoma, que se estrena el próximo 15 de enero, ha triunfado con papeles como el de la señora Lovett en la obra teatral Sweeney Todd, dirigida por Mario Gas. La obra distinguida por el jurado en su fallo, que se estrenó en 1995 y se recuperó en 1997 y 2008, ha obtenido varios galardones, entre ellos los Max de las Artes Escénicas, que se suma a los logrados por Peña en La reina de la belleza y Homebody / Kabul.

Ha sido en el teatro donde esta mujer ha consolidado su carrera y de él habla con pasión. "Es capaz de despertarte los sentidos, de trasladarte a otros lugares y a otras épocas. Los actores somos quienes a través de la palabra tenemos que hacer que el espectador se emocione".
El jurado, presidido por el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Félix Palomero, y vicepresidido por Cristina Santolaria, ha estado integrado por Adelaida Ripoll, Joaquín Notario, Fernando Bernués, Helena Pimenta, y Ricardo Iniesta, galardonado en 2008. El premio está dotado con 30.000 euros.
.
.
.
Aquí unos de momentazos en "SWEENEY TODD".
El musical lo vimos el año pasado y es espectacular. Y es que mi maridito siempre me lleva a ver lo mejor de lo mejor. ¡Menudo es él! ... y claro esta entrada en mi blog se la dedico especialmente.
.
.
.
.
.
Si te gusta el cine fantastico y de ciencia ficción. las series, la animación, los comics...Visita mi nuevo foro.