lunes, 3 de agosto de 2009

OCEANOS DESIERTOS

Imagina un mar sin peces

Llega el verano y con él los días de playa, de pescadito frito en el chiringuito, quizá de exóticas comidas en un restaurante japonés donde degustar un delicioso sashimi. ¡Cuánta felicidad nos regala el mar! ¿Te imaginas un mundo sin peces? Imposible, siempre los habrá, responderás rápidamente, y tienes razón. En el futuro seguirán existiendo, pero muy probablemente ni en la cantidad ni en la variedad en que ahora los tenemos, pues estamos acabando con las grandes pesquerías mundiales, nos estamos cargando los océanos a una endiablada velocidad de crucero.

Un reciente documental británico, “The end of the line”, nos descubre esta nueva “verdad incómoda” medioambiental. Si el sector de la pesca no acomete una regulación mundial urgente, en el 2048 habrán desaparecido todos los peces de interés comercial. Un desastre que no sólo lo sentiremos con el empobrecimiento de nuestra cesta de la compra. Su extinción llevará el hambre a 1,2 millones de personas.

¿Estarán exagerando? En absoluto. Para hacerse una idea de las colosales proporciones de la actual industria pesquera, la película nos descubre estadísticas espeluznantes. Por ejemplo, que al año se lanzan a alta mar 1,4 millones de anzuelos, en kilométricas líneas de palangre que permitirían envolver la Tierra 550 veces.

Por otro lado, las redes de arrastre literalmente aran anualmente la totalidad de los fondos marinos siete veces. Especies como el atún rojo del Mediterráneo podrían extinguirse en 2012 pues, más que sobreexplotadas, están siendo masacradas. Y con ellos decenas de miles de tortugas, tiburones, delfines, albatros o pardelas mueren accidentalmente, inútilmente.

Para impedirlo es necesario ser un consumidor concienciado, rechazar ese sushi asesino, evitar la compra de latas de conservas de empresas no respetuosas con el mar. Si no lo logramos, ese mundo sin peces será cada día más real.


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