
- La fusión nuclear es la gran apuesta de futuro para crear energía barata, limpia y segura.
- Todas las potencias colaboran en el Iter para demostrar su eficacia.
En Cadarache, al sur de Francia, hay una enorme explanada completamente vacía. Sobre un terreno que se ve recién alisado sólo hay una bandera izada, el indicativo del lugar en el que se situará el eje alrededor del cual han de girar a una temperatura de 150 millones de grados (diez veces más que en el núcleo del Sol) los átomos de tritio y deuterio de uno de los mayores experimentos de la historia: el Iter.
El Iter (del latín, camino) es un proyecto internacional en el que participan la UE, Estados Unidos, Japón, la India, China, Rusia y Corea del Sur. Todos trabajando por separado para construir las partes que a cada uno le corresponde y en conjunto en Cadarache. De este modo, también se crean industrias de suministros acordes a la magnitud del proyecto por todo el planeta. Una empresa española, por ejemplo, es la encargada del suministro de una de las piezas: el diversor del tokamak (ver cuadro 6 del gráfico). El objetivo del Iter es crear 10 veces más energía de la que consume


Este proyecto comenzó a fraguarse en los años 80, pero hasta hace apenas cuatro años no se concretó y las obras sólo ahora están empezando. Los planes son que esté terminado en 2019, funcione durante 20 años y se desmonte en otros cinco años más. En paralelo, y una vez que se compruebe su eficacia energética, se iniciaría, dentro de la UE, una iniciativa orientada a la producción a gran escala de electricidad por medio de esta tecnología. La fusión nuclear utiliza materias primas abundantes y no deja residuos radioactivos
Sus defensores creen que la fusión puede resolver muchos de los problemas energéticos actuales. Sus dos principales materias primas están en la naturaleza en abundancia: el deuterio, en el agua, y el tritio se obtiene a partir del litio, que se encuentra, con relativa abundancia, por todo el mundo.

Ésta es la crítica de los ecologistas, que consideran el proyecto demasiado costoso para unos resultados inciertos y demasiado a largo plazo. Creen que invertir ese dinero en otros proyectos de renovables tendrían un resultado mejor. Iter, en la teoría, ofrecería mucha energía a un coste bajo, sin producir emisiones y sin restos de combustible radioactivos, aunque sí materiales contaminados. Es decir, la energía del futuro. Si el Iter funciona.

El Iter es el mayor experimento científico. Sus instalaciones, formadas por una treintena de edificios, ocuparán un espacio de 100 hectáreas en el sur de Francia. Sólo la construcción destinada a acoger el tokamak (donde se producirá realmente la fusión) tiene una altura de 60 metros, como un edificio de 20 plantas. Fusion for energy es la entidad de la UE creada para gestionarlo y tiene sede en Barcelona. Para ella trabajan ya 130 ingenieros, que llegarán a ser 350. El transporte de las piezas (que llegarán en barco al puerto de Marsella) obliga a ampliar las carreteras; y para atender a los científicos de todo el mundo hay que construir colegios. Y todo, cuidando las especies protegidas de la zona. Un reto también logístico.
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Publicado en: http://www.20minutos.es/ el 28.07.2010
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