El autor de 'Groenlandia' ganó un Goya por la banda sonora de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto.
El músico madrileño Bernardo Bonezzi, de 48 años, fue encontrado esta tarde muerto en su domicilio del centro de la capital, por causas que todavía se desconocen. Niño prodigio incluso dentro de una generación, la de la movida madrileña, en la que ese perfil abundaba, hubo quien se refirió a él como “el Mozart del pop español”, por su precoz talento para escribir canciones.
Porque Bonezzi (Madrid, 6 de julio de 1964), cuyo nombre completo era Bernardo Silvano Bonezzi Nahón, tenía 13 años cuando compuso Groenlandia. Aquel tema pop luminoso y escapista (“Y yo te buscaré en Groenlandia, en Perú, en el Tibet, en Japón, en la isla de Pascua”, decía el estribillo) es uno de los himnos indiscutibles de aquel movimiento.
Fue el primer sencillo de su grupo, los Zombies, un quinteto en el que estaban, entre otros, futuros integrantes de Los Elegantes o Álex de La Nuez, de corta vida, apenas tres años, entre 1980 y 1982, pero larga sombra. En una reciente entrevista, concedida con motivo de la publicación de su último disco La esencia de la ciencia, que significaba su vuelta a los escenarios tras 30 años (algo menos si contamos su aparición en el programa de televisión La Edad de Oro) aseguraba no recordar cómo ni cuándo escribió Groenlandia. Y aunque reconocía que la canción le había dado muchas alegrías, (y beneficios económicos) mantenía con ella una relación de amor odio. En varias ocasiones había intentado recuperar el master de la grabación para remasterizarlo, pero no había llegado a ningún acuerdo con las compañías que tenían la propiedad del original.
Además aquel éxito (que en su momento no lo fue tanto) le persiguió hasta el punto de que muchos solo le recordaban por él cuando durante tres décadas había sido el autor de cerca de 40 bandas sonoras y sintonías de series de televisión tan populares como Farmacia de guardia.
Bonezzi ganó el Goya a mejor música original en 1995, por la banda sonora de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, la película de Agustín Díaz Yanes que se convirtió en la gran triunfadora de aquella edición llevandose siete galardones.
Bonezzi ya llevaba largo tiempo trabajando para el cine. Había sido nominado dos veces antes (por Mujeres al borde de un ataque de nervios, en 1998 y Todo por la pasta, en 1991). Su relación con el cine había comenzado en las postrimerias de los Zombies, cuando su segundo y último disco, La muralla china, en 1982, resultó ser un fiasco comercial. Entonces, además de ser el guitarrista de la formación con la que Kaka de Luxe dieron sus últimos pasos, compuso la música de Laberinto de pasiones, de su amigo Pedro Almodovar. Fue la primera de las cuatro que firmó para el director manchego (también era el autor de las de Mujeres..., Matador y La ley del deseo) así como productor del único disco del efímero dúo Almodovar & McNamara. En 1983 publicó su primer trabajo en solitario, el maxisingle, Las diez mujeres más elegantes, al que seguiría un álbum en 1984. Después se retiraría de los escenarios para dedicarse plenamente al cine, y no regresaría hasta 2004 con La hora del lobo, primer volumen del proyecto instrumental Trilogía de las horas, al que seguirían al menos otros tres trabajos. Con motivo de la edición del último, el ya mencionado La esencia de la ciencia, en abril de este año decía en una entrevista publicada en este periódico: “No siento nostalgia del pasado y para sentirme vivo necesito pensar que lo mejor de la vida está por llegar”.
Fue el primer sencillo de su grupo, los Zombies, un quinteto en el que estaban, entre otros, futuros integrantes de Los Elegantes o Álex de La Nuez, de corta vida, apenas tres años, entre 1980 y 1982, pero larga sombra. En una reciente entrevista, concedida con motivo de la publicación de su último disco La esencia de la ciencia, que significaba su vuelta a los escenarios tras 30 años (algo menos si contamos su aparición en el programa de televisión La Edad de Oro) aseguraba no recordar cómo ni cuándo escribió Groenlandia. Y aunque reconocía que la canción le había dado muchas alegrías, (y beneficios económicos) mantenía con ella una relación de amor odio. En varias ocasiones había intentado recuperar el master de la grabación para remasterizarlo, pero no había llegado a ningún acuerdo con las compañías que tenían la propiedad del original.
Además aquel éxito (que en su momento no lo fue tanto) le persiguió hasta el punto de que muchos solo le recordaban por él cuando durante tres décadas había sido el autor de cerca de 40 bandas sonoras y sintonías de series de televisión tan populares como Farmacia de guardia.
Bonezzi ganó el Goya a mejor música original en 1995, por la banda sonora de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, la película de Agustín Díaz Yanes que se convirtió en la gran triunfadora de aquella edición llevandose siete galardones.
Bonezzi ya llevaba largo tiempo trabajando para el cine. Había sido nominado dos veces antes (por Mujeres al borde de un ataque de nervios, en 1998 y Todo por la pasta, en 1991). Su relación con el cine había comenzado en las postrimerias de los Zombies, cuando su segundo y último disco, La muralla china, en 1982, resultó ser un fiasco comercial. Entonces, además de ser el guitarrista de la formación con la que Kaka de Luxe dieron sus últimos pasos, compuso la música de Laberinto de pasiones, de su amigo Pedro Almodovar. Fue la primera de las cuatro que firmó para el director manchego (también era el autor de las de Mujeres..., Matador y La ley del deseo) así como productor del único disco del efímero dúo Almodovar & McNamara. En 1983 publicó su primer trabajo en solitario, el maxisingle, Las diez mujeres más elegantes, al que seguiría un álbum en 1984. Después se retiraría de los escenarios para dedicarse plenamente al cine, y no regresaría hasta 2004 con La hora del lobo, primer volumen del proyecto instrumental Trilogía de las horas, al que seguirían al menos otros tres trabajos. Con motivo de la edición del último, el ya mencionado La esencia de la ciencia, en abril de este año decía en una entrevista publicada en este periódico: “No siento nostalgia del pasado y para sentirme vivo necesito pensar que lo mejor de la vida está por llegar”.
EL PAÍS.com - Iñigo López Palacios - Madrid - 30 AGO 2012
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