Dotado con una pureza originalmente kitsch -como salta a la vista- y una más que envidiable energía a sus recién estrenados cincuenta añitos, Richard Simmons puede presumir de ser el entrenador y dietista con más clientes en Norteamérica. Sus permanentes apariciones en la tele también lo han convertido en todo un icono para la sociedad estadounidense.
Simmons es ese histórico profe de aerobic que conserva todo estadounidense latente en la parte del cerebro que almacena la cultura pop -algo así como lo que aquí provocaron las mallas de Eva Nasarre, pero sin sectas ni supuestas tramas de violación a Pedro Marín-.
Que no os confundan su escarolado cabello y sus pantalones delfín cien por cien 1980, Simmons ha editado doce libros, cuarenta y ocho vídeos y veintidós cedés para ayudar a llevar una vida saludable. Así que imaginad el emporio que representa su casi cómica silueta.
Su extravagante forma de vestir -a la que se nos ha olvidado antes añadir los tops con pedrería- y su salerosa personalidad le han convertido con el tiempo en un verdadero paradigma de la pluma y el orgullo mari, que además de ser su signo distintivo, le ayuda a acercarse sin problema a todo tipo de gente. Su objetivo: hacer que todo el mundo se quiera, quiera verse bien, lo consiga y lo haga sin parar de bailar ni sonreír, como él hace.
Simmons es un personaje recurrente en la tele norteamericana.
Ha participado en culebrones, ha sido invitado fijo en late shows de máxima audiencia, portavoz de la comunidad afectada por el huracán Katrina -que azotó Nueva Orleans, su ciudad de origen- y defensor de importantes campañas de prevención de la obesidad infantil.
No obstante, con el nervio y la hiperactividad que lo caracterizan, invitarle a un plató sigue siendo una sorpresa y un riesgo, pues nunca sabes por dónde puede salir.
Aunque no todo ha sido tan aparentemente fácil en la vida de Richard Simmons. Antes de convertirse en el gurú del aerobic y la dieta sana que hoy es, llegó a los ciento treinta kilos en su época como estudiante de secundaria.
No fue hasta la década de los setenta cuando Richard decidió quitarse de encima todo el peso que le sobraba, asistiendo a duras clases de fitness que tampoco le convencieron mucho, por ello comenzó a desarrollar su propio método de trabajo.
Una mentalidad positiva y la motivación constante son las principales herramientas de la terapia para bajar peso con Richard Simmons. Para él, el principal problema para adelgazar es la falta de autoestima, por ello anima a sus alumnos a querer bajar peso para mejorar su situación emocional y social, conseguir estar más alegre para sí mismo y para los demás. Parece mentira que con una disciplina tan flower power se pueda conseguir adelgazar, y mucho menos hacer un pastizal; pero bueno, en él tenemos la prueba viva de su éxito.
Y no se puede ser una celebridad en USA ni has salido en algun episodio de Los Simpson. El robot Richard Simmons se encargaba de ahuyentar a los molestos visitantes de la casa del señor Burns.
¡¡Vamos a quemar la grasa de esas nalgas!!
Simmons es un personaje recurrente en la tele norteamericana.
Ha participado en culebrones, ha sido invitado fijo en late shows de máxima audiencia, portavoz de la comunidad afectada por el huracán Katrina -que azotó Nueva Orleans, su ciudad de origen- y defensor de importantes campañas de prevención de la obesidad infantil.
No obstante, con el nervio y la hiperactividad que lo caracterizan, invitarle a un plató sigue siendo una sorpresa y un riesgo, pues nunca sabes por dónde puede salir.
Aunque no todo ha sido tan aparentemente fácil en la vida de Richard Simmons. Antes de convertirse en el gurú del aerobic y la dieta sana que hoy es, llegó a los ciento treinta kilos en su época como estudiante de secundaria.
No fue hasta la década de los setenta cuando Richard decidió quitarse de encima todo el peso que le sobraba, asistiendo a duras clases de fitness que tampoco le convencieron mucho, por ello comenzó a desarrollar su propio método de trabajo.
Una mentalidad positiva y la motivación constante son las principales herramientas de la terapia para bajar peso con Richard Simmons. Para él, el principal problema para adelgazar es la falta de autoestima, por ello anima a sus alumnos a querer bajar peso para mejorar su situación emocional y social, conseguir estar más alegre para sí mismo y para los demás. Parece mentira que con una disciplina tan flower power se pueda conseguir adelgazar, y mucho menos hacer un pastizal; pero bueno, en él tenemos la prueba viva de su éxito.
Y no se puede ser una celebridad en USA ni has salido en algun episodio de Los Simpson. El robot Richard Simmons se encargaba de ahuyentar a los molestos visitantes de la casa del señor Burns.
¡¡Vamos a quemar la grasa de esas nalgas!!
Y ahora hos dejo con lo que todos estabais esperando...
¡¡ DESNUDOS PORNOGRAFICOS!!
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