Uno de los 300 afortunados posa con la entrada.
Arabia Saudí puso fin el pasado viernes a más de tres décadas de prohibición sobre los estrenos cinematográficos en el país a pesar de las protestas de grupos fundamentalistas que prometían “la ira de Dios” sobre las cabezas de los más de 300 asistentes al film ‘Menahi’, una película costumbrista sobre un beduino ingenuo que se muda a la gran ciudad.
El film ha sido producido por una compañía propiedad del príncipe Alwaleed bin Talal y fue estrenado en el centro cultural Rey Fahd de la capital, Riad. Forma parte de una campaña de regeneración social (a muy, muy, muuuuuy largo plazo) por el que el Gobierno saudí pretende actualizar sus costumbres para favorecer, entre otras cosas, una mejor relación comercial con Occidente.
Digo que es un proceso muy a largo plazo por el sencillo hecho de que, en Arabia Saudí, el Corán goza de rango constitucional. Se sigue habitualmente una corriente bastante radical llamada Wahhabi, y el problema asociado se ve con claridad en las sentencias por delitos: los más graves, como el asesinato o el tráfico de drogas pueden ser castigados con la muerte por decapitación, la lapidación o la amputación de manos para los culpables de robo. Existe también “un apartheid de género”: Arabia Saudí es el único país del mundo donde las mujeres no pueden conducir.
El film ha sido producido por una compañía propiedad del príncipe Alwaleed bin Talal y fue estrenado en el centro cultural Rey Fahd de la capital, Riad. Forma parte de una campaña de regeneración social (a muy, muy, muuuuuy largo plazo) por el que el Gobierno saudí pretende actualizar sus costumbres para favorecer, entre otras cosas, una mejor relación comercial con Occidente.
Digo que es un proceso muy a largo plazo por el sencillo hecho de que, en Arabia Saudí, el Corán goza de rango constitucional. Se sigue habitualmente una corriente bastante radical llamada Wahhabi, y el problema asociado se ve con claridad en las sentencias por delitos: los más graves, como el asesinato o el tráfico de drogas pueden ser castigados con la muerte por decapitación, la lapidación o la amputación de manos para los culpables de robo. Existe también “un apartheid de género”: Arabia Saudí es el único país del mundo donde las mujeres no pueden conducir.
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¡Cagate lorito!
¡Y el otro dia casi me queman en la hoguera por decir que si no existieran la religiones todos seriamos mas felices!
¡Ya te digo!
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Fuente: Las Horas Perdidas
Increible pero cierto. Luego nos quejamos. Pero si vivimos en la tierra de la libertad. No hay mas que comparar
ResponderEliminarBesos
Las religiones - todas - son el cancer de la humanidad, y las grandes creadoras de infelicidad.
ResponderEliminarPor suerte no todos los paises islamicos son tan radicales como este.
Un saludo desde el sur.
Coincido plenamente con José. Las religiones, sea la que sea, solamente mantienen en la ignorancia a la gente para someterlas a su antojo.
ResponderEliminarSaludos,
Beto