Agresión en EEUU por no poder comer 'nuggets' de pollo
Un video grabado por las cámaras de seguridad de un McDonald de Ohio (EEUU) muestra la airada reacción de una mujer rubia cuando pidió su comida favorita: Nuggets de pollo. La mujer que la atendía le dijo que no tenían nuggets en ese momento. El cliente se enfado con la trabajadora y comienzo a agredirla. La mujer pagó su agresión con 60 días en prisión y una multa de 150 dólares por los daños causados.
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Que la comida basura es mala para una dieta sana y equilibrada no es ningún secreto. La reflexión se impone, sin embargo, a la vista de este vídeo en el que se monta la que se monta en un McDonalds después de que una clienta descubra que no le pueden servir sus 'nuggets' de pollo favoritos. Parece necesario incidir en los efectos nocivos de la comida rápida en la la conducta de las personas que la ingieren. La advertencia llegó desde Estados Unidos a principios de este año.
En marzo, la revista Nature Neuroscience publicó el resultado de una investigación científica llevada a cabo por The Sripps Research Institute de California (Estados Unidos), según la cual se demostraba que el mecanismo cerebral y las zonas del cerebro que se activan al ingerir compulsivamente comida basura son las mismas que producen drogas duras como la cocaína o la heroína. Este estudio fue el primero en asegurar a las claras que el desarrollo de la obesidad coincide con un progresivo deterioro en los circuitos cerebrales de la recompensa, similares a los que se han observado en casos de dependencia a la heroína o la cocaína".
Los científicos también detectaron un descenso de los niveles de un receptor específico de dopaminas - una sustancia química del cerebro que permite un sentimiento de gratificación - en las ratas con sobrepeso, el mismo detectado en humanos adictos a drogas, según el artículo.
"La obesidad puede ser una forma de comer compulsivamente. Otros tratamientos en desarrollo para otras formas de compulsión, como la adicción a drogas por ejemplo, podrían ser muy exitosos en el tratamiento de la obesidad", dijo el científico Paul Kenny del Instituto de Investigación The Scripps de Florida.
Un video grabado por las cámaras de seguridad de un McDonald de Ohio (EEUU) muestra la airada reacción de una mujer rubia cuando pidió su comida favorita: Nuggets de pollo. La mujer que la atendía le dijo que no tenían nuggets en ese momento. El cliente se enfado con la trabajadora y comienzo a agredirla. La mujer pagó su agresión con 60 días en prisión y una multa de 150 dólares por los daños causados.
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Que la comida basura es mala para una dieta sana y equilibrada no es ningún secreto. La reflexión se impone, sin embargo, a la vista de este vídeo en el que se monta la que se monta en un McDonalds después de que una clienta descubra que no le pueden servir sus 'nuggets' de pollo favoritos. Parece necesario incidir en los efectos nocivos de la comida rápida en la la conducta de las personas que la ingieren. La advertencia llegó desde Estados Unidos a principios de este año.
En marzo, la revista Nature Neuroscience publicó el resultado de una investigación científica llevada a cabo por The Sripps Research Institute de California (Estados Unidos), según la cual se demostraba que el mecanismo cerebral y las zonas del cerebro que se activan al ingerir compulsivamente comida basura son las mismas que producen drogas duras como la cocaína o la heroína. Este estudio fue el primero en asegurar a las claras que el desarrollo de la obesidad coincide con un progresivo deterioro en los circuitos cerebrales de la recompensa, similares a los que se han observado en casos de dependencia a la heroína o la cocaína".
Los científicos también detectaron un descenso de los niveles de un receptor específico de dopaminas - una sustancia química del cerebro que permite un sentimiento de gratificación - en las ratas con sobrepeso, el mismo detectado en humanos adictos a drogas, según el artículo.
"La obesidad puede ser una forma de comer compulsivamente. Otros tratamientos en desarrollo para otras formas de compulsión, como la adicción a drogas por ejemplo, podrían ser muy exitosos en el tratamiento de la obesidad", dijo el científico Paul Kenny del Instituto de Investigación The Scripps de Florida.
Publicado en EL PAÍS.com el 11.08.2010
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