jueves, 30 de agosto de 2012

A ostias con el chófer




El rey ya había demostrado que tenía genio cuando, por ejemplo, mandó callar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez. O cuando sugirió a la reina que le dejara hablar en un acto público. Pero nunca, al menos hasta ahora, se le había podido ver dar un manotazo de enfado. El problema es que no ha sido un golpe contra una pared, sino contra su chófer.

El monarca visitaba este jueves el centro de gestión de tráfico de la DGT en Madrid. Allí le esperaba el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, cuando el coche oficial llegó.

Nada más frenar el vehículo, el rey, sentado en el asiento del copiloto, se ha girado hacia su chófer y ha comenzado a abroncarle por aparcar en un lugar que no le agradaba. Manotazo incluido.

Al terminar su reprimenda ha abierto la puerta y, con mucho esfuerzo, —aún está convaleciente de su última caída— ha conseguido salir del coche.

La escena la han captado las cámaras de La Sexta, que ha emitido la grabación en Al Rojo Vivo.

MÁS ENFADOS

No es la primera vez que el rey hace patente su enfado y lo captan las cámaras de televisión. Bien lo saben los periodistas que le siguen, a quienes acusó de querer ponerle "un pino en la tripa". O su ya famoso "¿por qué no te callas?".

Y cuando es a él al que le piden que deje de hablar, reacciona como lo hizo con su esposa, la reina Sofía, durante una conferencia.

Este gesto del rey supone un nuevo 'tropezón' en su ya deteriorada imagen. Sobre todo tras la cacería en Botsuana, por la que tuvo que pedir perdón ante las críticas. "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir", dijo entonces.

Aunque también nos ha acostumbrado a tropezones físicos, como el que sufrió el pasado 2 de agosto en la sede del Estado Mayor de la Defensa. Lamentablemente para él, no fue la única.

El HuffPost  |  Publicado: 30/08/2012

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