Groening revela que se inspiró en su Estado, Oregón, para dar nombre a la ciudad imaginaria
El secreto mejor guardado de la serie de animación Los Simpson ha sido desvelado. Tras 23 años en antena, Matt Groening ha asegurado en una entrevista a la revista Smithsonian que la ciudad imaginaria de Springfield, punto neurálgico donde transcurren casi el 100% de las aventuras de la famosa familia amarilla, se encuentra en el Estado de Oregón.
El creador de la serie ha asegurado que la razón fundamental que le llevó a elegir este nombre fue el programa Father Knows Best, una comedia que narraba las peripecias de una familia media americana que vivía en una ciudad llamada Springfield y de la cual Groening era seguidor de pequeño. “Me gustaba sobre todo porque era una localidad muy próxima a Portland (Oregón), mi ciudad natal. Tras varios años, cuando crecí, me di cuenta que tan solo era un nombre ficticio”, ha puntualizado el creador de Los Simpson.
Otra de las razones para elegir esta ciudad, y no otra, es que existen varias ciudades llamadas Springfield en Estados Unidos. Exactamente 35 Estados de un total de 50 cuentan con una localidad con este nombre. “Me pareció divertido que hubiera mucha gente que se sintiera identificada con el nombre de la ciudad”, ha asegurado Groening.
Tal vez por mantener el misterio o por no decepcionar a los millones de adeptos que han seguido esta serie de animación cada semana durante más de dos décadas, Groening no se había atrevido hasta ahora a desvelar la localización exacta de la ciudad de Springfield, localidad donde Marge, Homer, Bart, Lisa y Maggie viven sus aventuras. “No quería echar por tierra las ilusiones de la gente. Cuando me preguntan si las historias graciosas de Los Simpson suceden en el Springfield de Ohio o en el de Massachussets, yo siempre contesto que sí”, ha concluido el creador de la exitosa serie.
Springfield refleja la quintaesencia de los tópicos presentes en cualquier ciudad norteamericana: un alcalde corrupto, unos policías incompetentes, una escuela pública incapaz de enseñar algo a sus alumnos, una central nuclear sin ningún tipo de medida de seguridad y un supermercado regentado por la única familia india del pueblo.
Esta serie, creada como una sátira irreverente de la clase media estadounidense y que el pasado mes de febrero emitió su capítulo número 500, fue la primera que ofreció dibujos animados que apelaban a una audiencia adulta. En 1989 se consideraba una apuesta arriesgada. Después de 23 años, sin embargo, esta serie ha trascendido la pequeña pantalla y se han convertido en un verdadero icono de la cultura pop norteamericana.
EL PAÍS.com - Carolina García - Washington - 11 ABR 2012
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