Matrimonios gay. Estaremos vigilantes
Cumpliéndose encuestas y pronósticos, lo que tenía que suceder, ha sucedido. Un tsunami popular ha barrido prácticamente toda España, alzando a Mariano Rajoy como próximo presidente del Gobierno español con los votos de casi once millones de españoles, incluyendo a buen seguro a muchos miles de ciudadanos LGBT. Un gobierno que deberá estar centrado en sacar al país de la crisis, y en crear empleo para solucionar la terrible lacra que suponen los cinco millones de parados que hay en España.
La tarea, es sin duda, ardua y complicada. La experiencia en otros países nos lleva a ver que los cambios de gobierno no siempre garantizan la mejora sustancial de la economía. Y Rajoy y sus gentes, lo saben. Puede que de ahí la cara seria de algunos de sus dirigentes en la noche de ayer. La fiesta por su triunfo, duró poco, y lo que se viene encima no es plato de gusto para nadie.
Pero además de la economía y de la crisis, que es sin duda lo que ha llevado a millones de ciudadanos a votar por el partido de Rajoy, hay otros asuntos envueltos en una nebulosa que no sabemos todavía como afrontará el PP. Entre ellos, el matrimonio entre personas del mismo sexo. Con una campaña en la que Rajoy ha sido tibio respecto a este tema para tratar de nadar y guardar la ropa, tratando de no enfadar a nadie, ahora queda ver cuál será realmente la postura del PP.
Hablando estos días con mucha gente, incluyendo a políticos y afiliados del PP de mi entorno, y a votantes gays de este partido, todos me transmitían su confianza en que el futuro gobierno no tocará la ley. De hecho, casi todos ellos eran de la opinión que ocurrirá como con la ley de divorcio. Primero que no, que eso es inmoral, pero luego, con el paso del tiempo, me divorcio como cualquier hijo de vecino.
Y puede ser que así ocurra, vista la ambigüedad de su líder, y la postura favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo de destacados dirigentes como Alberto Ruiz Gallardón o Esperanza Aguirre. Pero de momento, la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo sigue recurrida ante el Constitucional. Muchos esperábamos que durante la pasada campaña, Mariano Rajoy hiciera un guiño a su electorado más centrista y anunciara la retirada del vergonzoso recurso que busca limitar los derechos de miles de ciudadanos españoles.
No sucedió así, y Mariano Rajoy prosiguió en su calculada ambigüedad para no enfadar ni a los votantes más conservadores, ni a los más centristas. Una ambigüedad que puedes mantener mientras eres la cabeza de la oposición y eterno aspirante a La Moncloa, pero que no se puede mantener una vez te han encomendado la tarea de gobernar. A partir de ahora, y una vez nombrado el nuevo Ejecutivo, y tras intentar encarrilar nuestra maltrecha economía, veremos las verdaderas intenciones de Rajoy y de su equipo.
Por eso, debemos estar vigilantes a los hechos que se vayan sucediendo, y en especial, al momento en el que el Tribunal Constitucional decida sobre el recurso de Partido Popular. Entonces, veremos cuáles son las verdaderas intenciones de Rajoy, y cuál es el peso real de los sectores más conservadores y más situados a la derecha del PP, y cuál es el peso de los sectores más liberales y centristas que en teoría apoyan nuestras aspiraciones a mantener nuestros derechos como cualquier otro ciudadano del país.
En ese momento, y una vez pasada la contienda electoral, será el momento de alzar la voz y de defender nuestros derechos en el Parlamento, gracias al apoyo de las fuerzas parlamentarias pro derechos LGBT, y por supuesto, en la calle si hace falta. Será el momento de demostrar que la sociedad española ha asumido sin problemas los matrimonios entre personas del mismo sexo, y ver que la normalidad está instalada en nuestras calles, a pesar de la posible deriva involucionista que se pretenda impulsar en ese momento.
Será el momento de decir que no pensamos dar un paso atrás en la defensa de los derechos conquistados, y en movilizar a partidos, asociaciones, amigos, y familias con el fin de defender con uñas y dientes un derecho básico para cualquier ciudadano, como es el derecho a casarte y a poder adoptar.
Aunque de momento, y viendo la lentitud del Tribunal Constitucional, lo único que nos queda es permanecer vigilantes, y desear que al menos en materia económica, el Partido Popular haga lo posible para sacar al país de esta crisis económica que nos sigue asfixiando.
Cumpliéndose encuestas y pronósticos, lo que tenía que suceder, ha sucedido. Un tsunami popular ha barrido prácticamente toda España, alzando a Mariano Rajoy como próximo presidente del Gobierno español con los votos de casi once millones de españoles, incluyendo a buen seguro a muchos miles de ciudadanos LGBT. Un gobierno que deberá estar centrado en sacar al país de la crisis, y en crear empleo para solucionar la terrible lacra que suponen los cinco millones de parados que hay en España.
La tarea, es sin duda, ardua y complicada. La experiencia en otros países nos lleva a ver que los cambios de gobierno no siempre garantizan la mejora sustancial de la economía. Y Rajoy y sus gentes, lo saben. Puede que de ahí la cara seria de algunos de sus dirigentes en la noche de ayer. La fiesta por su triunfo, duró poco, y lo que se viene encima no es plato de gusto para nadie.
Pero además de la economía y de la crisis, que es sin duda lo que ha llevado a millones de ciudadanos a votar por el partido de Rajoy, hay otros asuntos envueltos en una nebulosa que no sabemos todavía como afrontará el PP. Entre ellos, el matrimonio entre personas del mismo sexo. Con una campaña en la que Rajoy ha sido tibio respecto a este tema para tratar de nadar y guardar la ropa, tratando de no enfadar a nadie, ahora queda ver cuál será realmente la postura del PP.
Hablando estos días con mucha gente, incluyendo a políticos y afiliados del PP de mi entorno, y a votantes gays de este partido, todos me transmitían su confianza en que el futuro gobierno no tocará la ley. De hecho, casi todos ellos eran de la opinión que ocurrirá como con la ley de divorcio. Primero que no, que eso es inmoral, pero luego, con el paso del tiempo, me divorcio como cualquier hijo de vecino.
Y puede ser que así ocurra, vista la ambigüedad de su líder, y la postura favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo de destacados dirigentes como Alberto Ruiz Gallardón o Esperanza Aguirre. Pero de momento, la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo sigue recurrida ante el Constitucional. Muchos esperábamos que durante la pasada campaña, Mariano Rajoy hiciera un guiño a su electorado más centrista y anunciara la retirada del vergonzoso recurso que busca limitar los derechos de miles de ciudadanos españoles.
No sucedió así, y Mariano Rajoy prosiguió en su calculada ambigüedad para no enfadar ni a los votantes más conservadores, ni a los más centristas. Una ambigüedad que puedes mantener mientras eres la cabeza de la oposición y eterno aspirante a La Moncloa, pero que no se puede mantener una vez te han encomendado la tarea de gobernar. A partir de ahora, y una vez nombrado el nuevo Ejecutivo, y tras intentar encarrilar nuestra maltrecha economía, veremos las verdaderas intenciones de Rajoy y de su equipo.
Por eso, debemos estar vigilantes a los hechos que se vayan sucediendo, y en especial, al momento en el que el Tribunal Constitucional decida sobre el recurso de Partido Popular. Entonces, veremos cuáles son las verdaderas intenciones de Rajoy, y cuál es el peso real de los sectores más conservadores y más situados a la derecha del PP, y cuál es el peso de los sectores más liberales y centristas que en teoría apoyan nuestras aspiraciones a mantener nuestros derechos como cualquier otro ciudadano del país.
En ese momento, y una vez pasada la contienda electoral, será el momento de alzar la voz y de defender nuestros derechos en el Parlamento, gracias al apoyo de las fuerzas parlamentarias pro derechos LGBT, y por supuesto, en la calle si hace falta. Será el momento de demostrar que la sociedad española ha asumido sin problemas los matrimonios entre personas del mismo sexo, y ver que la normalidad está instalada en nuestras calles, a pesar de la posible deriva involucionista que se pretenda impulsar en ese momento.
Será el momento de decir que no pensamos dar un paso atrás en la defensa de los derechos conquistados, y en movilizar a partidos, asociaciones, amigos, y familias con el fin de defender con uñas y dientes un derecho básico para cualquier ciudadano, como es el derecho a casarte y a poder adoptar.
Aunque de momento, y viendo la lentitud del Tribunal Constitucional, lo único que nos queda es permanecer vigilantes, y desear que al menos en materia económica, el Partido Popular haga lo posible para sacar al país de esta crisis económica que nos sigue asfixiando.
Publicado en Ambiente G.com por Nacho. 21 de noviembre de 2011
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