martes, 9 de agosto de 2011

Un abogado de Harvard, primer ministro del Tíbet en el exilio

- Lobsang Sanjay recibe el cargo de manos de Tenzin Gyatso.
- El actual Dalai Lama mantendrá el liderazgo espiritual


Lobsang Sanjay ha tomado posesión, en una ceremonia presidida por el Dalai Lama, del cargo de primer ministro del Gobierno tibetano en el exilio, con sede en Dharamsala, ciudad al norte de India. El abogado y académico de Harvard, de 43 años, fue elegido por la comunidad expatriada en marzo pasado y después de que Tenzin Gyatso, nombre del actual Dalai Lama, anunciara su retiro como máxima autoridad política. Gyatso seguirá siendo, no obstante, el guía espiritual. Sanjay, que será el primer líder secular en el cargo y el primero en tener más poder político que el Dalai Lama, es reconocido por su buena preparación, su exposición internacional y su juventud, aunque se le reprocha no tener experiencia en la administración desde el exilio. El jurista sustituye en el cargo a Samdhong Rinpoche.

En la ceremonia de toma de posesión, Sanjay ha jurado seguir la postura del Dalai Lama, el camino medio: buscar mayor autonomía para Tíbet dentro de China. "Estamos listos para negociar con el Gobierno de Pekin a cualquier hora, donde sea", ha anunciado a los cientos de personas congregadas en el templo principal de Dharamsala. Sin embargo, China no reconoce la autoridad del Ejecutivo tibetano en el exilio.

Sanjay ha asegurado que la lucha de su comunidad no es contra la gente de China o el país, sino "contra las duras políticas del régimen en Tíbet que niegan libertad, justicia, dignidad e identidad a los tibetanos". El abogado ha señalado que "el de Tíbet no es socialismo, es colonialismo. El Gobierno chino en Tíbet es injusto e indefendible". Sanjay, que fue bendecido por el Dalai tras la ceremonia, también ha prometido continuar con el proyecto de una sociedad secular y democrática.

En su exilio en Dharamsala, el premio Nobel de la Paz ha formado un Gobierno que elige cada cinco años a sus representantes: un primer ministro y un Parlamento de 43 miembros. Aunque están regidos por las leyes de India, tienen jurisdicción sobre la gente, sobre todo, en temas de salud educación, cultura y bienestar social.

Los analistas aseguran que suceder al Dalai Lama, aunque sea solo en el ámbito político, es una responsabilidad muy grande para cualquiera, pero creen que es un paso necesario para ir fortaleciendo la administración y la democracia en el exilio, con el fin de prepararse para la muerte del líder religioso. Una de las mayores incógnitas es si Sanjay será recibido por los mandatarios internacionales, qué imagen se construirá de sí mismo, así como el modo en el que va a enfrentarse a China, y qué relaciones mantendrá con India, sede del Gobierno en el exilio.

elpais.com - ANA GABRIELA ROJAS - Nueva Delhi - 08/08/2011

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