La última misión del Discovery
El transbordador espacial, 26 años al servicio de la NASA, lleva astronautas a la Estación Espacial Internacional
El Discovery ha apurado hasta los últimos segundos para partir en su última misión. Después de 30 años, la nave más veterana de la flota espacial estadounidense, despegó de Cabo Cañaveral hacia la Estación Internacional. En tierra quedaron cinco meses de retrasos, complicaciones técnicas y millones de norteamericanos que contemplaron con emoción el final de una época.
"Para los que nos estén viendo, prepárense para contemplar la elegancia y el poder del Discovery mientras despega una última vez", comentó antes de partir el comandante Lindsey, a líder de la misión. El comentarista de NASA lo describió como "un homenaje al trabajo duro y al orgullo del equipo del trasbordador espacial norteamericano".
Hace justo un año que Barack Obama abortó el ambicioso plan de la NASA para volver a la luna. El presidente estadounidense prefería invertir seis mil millones de dólares en dejar el transporte espacial en manos de compañías comerciales.
El director de lanzamiento Mike Leinbach comentó antes del despegue que sería "duro" ver al Discovery despegar por última vez. "Es una cosa muy, muy especial que nos encanta hacer. Es mucho más que nuestro medio de vida. Se mete en nuestra alma", agregó Leinbach.
Como él, 40.000 personas han sido testigos del último despegue del Discovery. Estuvieron persentes desde las autoridades locales hasta una delegación del Congreso. Los espectadores más fieles a NASA ya seguían desde el día anterior los movimientos de la plataforma del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral. Otros se detuvieron en las carreteras cercanas. Para los que estaban más lejos, NASA abrió una ventana en su página web, donde se pudo seguir el comienzo de este último viaje en directo.
El despegue del Discovery, con seis astronautas a bordo, estaba planificado para el pasado 5 de noviembre. Entonces una fuga de hidrógeno en el sistema de avituallamiento solo unas horas antes del lanzamiento obligó a aplazarlo. Posteriormente los ingenieros fueron encontrando nuevas fisuras que obligaron a posponer sucesivamente el viaje a la Estación Espacial Internacional (ISS). Y en el momento final, uno de los ordenadores de las Fuerzas Aéreas encargados del seguimiento falló. El Discovery no quiso irse sin tensión, con tres minutos de retraso y con apenas dos segundos de margen para despegar.
La misión está liderada por el comandante Steve Lindsey, de 50 años, durará 11 días y tiene el objetivo de instalar el módulo multipropósito Leonardo en la ISS. Entre las peculiaridades del viaje está la presencia del primer robot humanoide que vuela al espacio, Robonaut 2 o R2, una máquina de 150 kilos y un metro de altura que se convertirá en un ocupante permanente de la estación como ayudante de los astronautas en las reparaciones que requieran salidas espaciales.
Tras el lanzamiento del Discovery, volará a la ISS el Endeavour en abril. Esta iba a ser la última misión de los transbordadores, pero la NASA está contemplando ahora la posibilidad de hacer una más, con el Atlantis, en junio. Pero la carrera del Discovery ha terminado. Atrás quedan 26 años en los que ha trasportado el Telescopio espacial Hubble o albergado al primer cosmonauta ruso a bordo en un transbordador. La nave se retira con un récord de 28 misiones, 352 días en órbita y 5.628 vueltas alrededor de la tierra.
La despedida de una de las naves más famosas de la industra aeroespacial estadounidense llega justo un mes después de que Obama centrara su discurso sobre el Estado de la Unión en defender el "momento Sputnik" de esta generación. Pero Obama no miraba precisamente al espacio, como lo hicieron algunos de sus predecesores. 54 años después de que el presidente Eissenhower declarara la 'crisis del Sputnik' ante la sorpresa que causó el lanzamiento del satélite ruso, Obama quiso poner los pies en la tierra a los norteamericanos y obligarles a mirar hacia las energías renovables y la innovación científica y tecnológica.
Y no a la luna. El Discovery será el primero de tres transbordadores en aterrizar por última vez. Su misión se acaba y la NASA está obligada a reinventarse. Sigue contando con un presupuesto de 19 mil millones de dólares en 2011, pero tendrá que centrarse en la innovación científica, lejos de las estrellas.
Publicado en EL PAÍS.com. CRISTINA F. PEREDA - Washington - 24/02/2011
El transbordador espacial, 26 años al servicio de la NASA, lleva astronautas a la Estación Espacial Internacional
El Discovery ha apurado hasta los últimos segundos para partir en su última misión. Después de 30 años, la nave más veterana de la flota espacial estadounidense, despegó de Cabo Cañaveral hacia la Estación Internacional. En tierra quedaron cinco meses de retrasos, complicaciones técnicas y millones de norteamericanos que contemplaron con emoción el final de una época.
"Para los que nos estén viendo, prepárense para contemplar la elegancia y el poder del Discovery mientras despega una última vez", comentó antes de partir el comandante Lindsey, a líder de la misión. El comentarista de NASA lo describió como "un homenaje al trabajo duro y al orgullo del equipo del trasbordador espacial norteamericano".
Hace justo un año que Barack Obama abortó el ambicioso plan de la NASA para volver a la luna. El presidente estadounidense prefería invertir seis mil millones de dólares en dejar el transporte espacial en manos de compañías comerciales.
El director de lanzamiento Mike Leinbach comentó antes del despegue que sería "duro" ver al Discovery despegar por última vez. "Es una cosa muy, muy especial que nos encanta hacer. Es mucho más que nuestro medio de vida. Se mete en nuestra alma", agregó Leinbach.
Como él, 40.000 personas han sido testigos del último despegue del Discovery. Estuvieron persentes desde las autoridades locales hasta una delegación del Congreso. Los espectadores más fieles a NASA ya seguían desde el día anterior los movimientos de la plataforma del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral. Otros se detuvieron en las carreteras cercanas. Para los que estaban más lejos, NASA abrió una ventana en su página web, donde se pudo seguir el comienzo de este último viaje en directo.
El despegue del Discovery, con seis astronautas a bordo, estaba planificado para el pasado 5 de noviembre. Entonces una fuga de hidrógeno en el sistema de avituallamiento solo unas horas antes del lanzamiento obligó a aplazarlo. Posteriormente los ingenieros fueron encontrando nuevas fisuras que obligaron a posponer sucesivamente el viaje a la Estación Espacial Internacional (ISS). Y en el momento final, uno de los ordenadores de las Fuerzas Aéreas encargados del seguimiento falló. El Discovery no quiso irse sin tensión, con tres minutos de retraso y con apenas dos segundos de margen para despegar.
La misión está liderada por el comandante Steve Lindsey, de 50 años, durará 11 días y tiene el objetivo de instalar el módulo multipropósito Leonardo en la ISS. Entre las peculiaridades del viaje está la presencia del primer robot humanoide que vuela al espacio, Robonaut 2 o R2, una máquina de 150 kilos y un metro de altura que se convertirá en un ocupante permanente de la estación como ayudante de los astronautas en las reparaciones que requieran salidas espaciales.
Tras el lanzamiento del Discovery, volará a la ISS el Endeavour en abril. Esta iba a ser la última misión de los transbordadores, pero la NASA está contemplando ahora la posibilidad de hacer una más, con el Atlantis, en junio. Pero la carrera del Discovery ha terminado. Atrás quedan 26 años en los que ha trasportado el Telescopio espacial Hubble o albergado al primer cosmonauta ruso a bordo en un transbordador. La nave se retira con un récord de 28 misiones, 352 días en órbita y 5.628 vueltas alrededor de la tierra.
La despedida de una de las naves más famosas de la industra aeroespacial estadounidense llega justo un mes después de que Obama centrara su discurso sobre el Estado de la Unión en defender el "momento Sputnik" de esta generación. Pero Obama no miraba precisamente al espacio, como lo hicieron algunos de sus predecesores. 54 años después de que el presidente Eissenhower declarara la 'crisis del Sputnik' ante la sorpresa que causó el lanzamiento del satélite ruso, Obama quiso poner los pies en la tierra a los norteamericanos y obligarles a mirar hacia las energías renovables y la innovación científica y tecnológica.
Y no a la luna. El Discovery será el primero de tres transbordadores en aterrizar por última vez. Su misión se acaba y la NASA está obligada a reinventarse. Sigue contando con un presupuesto de 19 mil millones de dólares en 2011, pero tendrá que centrarse en la innovación científica, lejos de las estrellas.
Publicado en EL PAÍS.com. CRISTINA F. PEREDA - Washington - 24/02/2011
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