El Roto - elpaís.com - 29.06.2013
sábado, 29 de junio de 2013
‘The New Yorker’ dedica su portada a la causa gay, con Epi y Blas como icono
El semanario The New Yorker ha celebrado la histórica decisión del Tribunal Supremo de EE UU a favor de los derechos de los matrimonios homosexuales con una imagen de los personajes de Barrio Sésamo, Epi y Blas (Beto y Enrique en América Latina), abrazados frente a una pantalla de televisión con los nueve jueces del alto tribunal. La portada que sugiere que la pareja de marionetas es gay ha generado una marea de comentarios a favor y en contra de la elección de la revista.
La portada ha sido diseñada por Jack Hunter, quien publicó el dibujo en Tumblr, antes de que The New Yorker la utilizara para el número de esta semana, bajo el título: Un momento de felicidad. “Es muy emocionante constatar cómo la actitud hacia los derechos de los homosexuales han evolucionado a lo largo de mi vida”, comentó el artista a la revista. “Es genial para nuestros hijos, un momento que debemos de celebrar”, recalcó en alusión a la sentencia del Supremo del pasado miércoles que declaró esta semana inconstitucional la parte de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) que definía el matrimonio como una unión sólo entre un hombre y una mujer, impidiendo a las parejas casadas homosexuales recibir los mismos beneficios federales que las heterosexuales.
La ilustración juega con la idea instalada en el imaginario colectivo de que Epi y Blas son algo más que amigos, Esa noción era tan generalizada que, en 2011, se lanzó en Facebook una campaña impulsada por Change.org, para presionar a los productores de Barrio Sésamo para que permitieran casarse a la pareja. El programa, inmediatamente, emitió un comunicado insistiendo en que Epi y Blas solo eran buenos amigos. “Aunque se identifiquen con personajes masculinos, se trata de marionetas y como tales no tienen ninguna orientación sexual”.
The New Yorker se caracteriza por recoger en sus incisivas portadas los asuntos de máxima actualidad. La semana pasada ilustró la controversia por los programas de vigilancia del Gobierno de EE UU filtrados por un analista de la CIA con un dibujo que mostraba al Tío Sam espiando a través de una ventana a una mujer mientras chateaba desde su móvil y su portátil. La elección de los personajes de Barrio Sésamo no ha pasado desapercibida.
En Twitter muchos han ensalzado la perspicacia de la revista. Mía Farrow, por ejemplo, consideraba que era “una de las mejores portadas del New Yorker”. Sin embargo, otros han censurado a la publicación por falta de sutileza sosteniendo que, al elegir a dos personajes infantiles con una sexualidad cuestionada, en lugar de centrar la atención sobre la importante decisión del Supremo, se desvía hacia una polémica insustancial. Otros, cuestionan la elección alegando que Epi y Blas “no han hecho nada por la defensa de los derechos homosexuales” y que The New Yorker debería haber elegido a verdaderos iconos del movimiento gay.
elpaís.com - Eva Saiz - Washington - 28 JUN 2013
viernes, 28 de junio de 2013
jueves, 27 de junio de 2013
El Tribunal Supremo de EE UU apoya la igualdad de los matrimonios gais
CELEBRACIÓN EN EE UU. Activistas y ciudadanos celebran el fallo del Tribunal Supremo que apoya la igualdad de derechos para los matrimonios gais / M. A. (AFP)
La causa del matrimonio entre parejas del mismo sexo ha recibido un formidable respaldo del Tribunal Supremo de Estados Unidos con dos sentencias que, sin entrar en su legalidad en el conjunto del país, consagran la igualdad de derechos de los homosexuales y despejan el camino para el reconocimiento universal de una realidad que cambiará para siempre la fisonomía de esta sociedad. De paso, los nueve jueces veladores de la Constitución norteamericana aportan argumentos contundentes a favor de un movimiento que avanza incontenible en todo el mundo.
En dos decisiones muy ajustadas que coronan varios años de esfuerzos individuales, apasionado debate público y múltiples procesos judiciales, el Supremo ha declarado inconstitucional la ley que limita el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer, y ha rechazado la decisión del estado de California de prohibir el matrimonio gay. Con estas medidas –ambas adoptadas por 5 contra 4-, los magistrados están advirtiendo que los homosexuales casados están protegidos por los mismos derechos y amparados por las mismas leyes que los heterosexuales, incluidos todos los beneficios sociales, y, probablemente, aunque esto aún motivo de interpretación, que nadie puede abrogarse el poder de prohibir expresamente los matrimonios gais.
El Supremo no se pronuncia sobre la legalidad de esos matrimonios en todo el país. Es decir, no defiende expresamente la necesidad de una ley federal que permita las uniones entre homosexuales, entre otras razones, porque no era esa la cuestión que había llegado hasta esa instancia. Pero respalda todas las decisiones judiciales previas a favor del matrimonio gay y rechaza todos los argumentos presentados en su contra. Como se hizo visible desde las primeras reacciones, ha sido una histórica victoria para la causa homosexual y una amarga derrota de los defensores del matrimonio tradicional.
Argumentando en nombre de la mayoría, el juez Anthony Kennedy sostuvo que la DOMA, la ley que define el matrimonio como una institución entre hombre y mujer –que fue aprobada en 1996 y firmada por Bill Clinton, quien después expresó su arrepentimiento- “viola la Quinta Enmienda de la Constitución al hacer unos matrimonios más respetados que otros”. En la opinión en nombre de la minoría, Antonin Scalia, dijo que sus compañeros que votaron diferente creen que “esto es una historia en blanco en negro, cuando la realidad es mucho más compleja”. En la decisión contra definición del matrimonio, Kennedy, el centrista que suele oscilar, se sumó a los cuatro progresista. En el caso de la ley de California, la mayoría estuvo conformada por dos conservadores y tres progresistas.
El presidente Barack Obama se felicitó por “esta victoria para las parejas que llevan mucho tiempo luchando por ser tratadas por igual ante la ley, para los hijos de matrimonios que ahora tendrán que ser reconocidos como legítimos, para las familias que tendrán el respeto y protección que merecen, para los amigos y seguidores que han trabajado mucho para convencer a la nación de que este cambio era para mejor”.
Obama, que ha ido evolucionando en los últimos años hasta su pleno respaldo al matrimonio homosexual, tiene ahora por delante una ardua tarea para adaptar todas las leyes del país referidas al matrimonio de forma que se garantice hasta el mínimo detalle el cumplimiento de la decisión del Supremo.
“Hoy es un gran día para Estados Unidos. Hoy vamos a regresar a California y vamos a poder casarnos. Hoy vamos a ser todos un poco más iguales”, manifestó Kristin Perry, una de las demandantes de la ley de California, conocida como Proposición 8. Edith Windsor, la persona que llevó hasta aquí su batalla contra la DOMA, se alegró de que “ahora todos los niños de matrimonios gais tendrán la misma dignidad que el resto”. Otro de los firmantes de la demanda contra la Proposición 8, Paul Katami recordó que, pese al progreso obtenido en el día de ayer, “la igualdad no es aún total y es necesario seguir luchando”.
Con estas sentencias, serán ya 13 los estados que permitan el matrimonio homosexual. Cuando se consume su legalización en California, un 30% de los norteamericanos vivirán en territorios amparados por ese derecho. Pero el Supremo, en efecto, no se pronuncia sobre la situación en los estados en los que no existe aún la posibilidad de casarse para los homosexuales ni les obliga a sumarse a esa iniciativa.
Tampoco era esa su misión en esta oportunidad. Los magistrados tenían que decidir sobre el caso de una mujer a la que se obligaba a pagar unos impuestos sobre la herencia de su difunta esposa de los que están excluidos los matrimonios heterosexuales. La DOMA contiene otro apartado en el que pide a los estados que no reconozcan las bodas gais, pero ese aspecto no estaba a consideración en el tribunal. En el caso de la Proposición 8, lo que hacen los jueces es invalidarla por razones técnicas y negarle a los proponentes la posibilidad de apelación, con lo que, en la práctica, se autoriza el matrimonio en ese estado.
El Supremo ha ido, por tanto, todo lo lejos que podía ir en esta ocasión, y sienta una doctrina que, sin duda, será utilizada por los activistas gais para tratar de extender sus derechos hasta aquellos lugares en los que todavía no los tienen. Las decisiones del Supremo suelen son la base de algunas de las principales transformaciones experimentadas por este país a lo largo de su historia. Fue una sentencia de ese tribunal en 1973 lo que permitió legalizar el aborto o lo que acabó en 1954 con la discriminación racial en las escuelas.
Como en esas y otras fechas históricas, el Supremo se hace eco en esta ocasión de un estado de opinión en la calle que, de forma paulatina, ha progresado hacia la aceptación del matrimonio homosexual. Si en 2004 eran poco más del 30% los norteamericanos que lo respaldaban, en 2008 se avanzó hasta el 44% y hoy ha llegado hasta el 55%.
También, como ocurrió con el aborto, los opositores del matrimonio homosexual buscarán ahora las vías legales para continuar su lucha contra una decisión que, para grupos religiosos y otros, constituye un ataque a las tradiciones y los valores humanos. El líder de los republicanos en el Congreso, John Boehner, declaró que confía en que “el debate sobre el matrimonio continúe en la plaza pública y en que los estados definan el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer”.
elpaís.com - Antonio Caño - Washington - 26 JUN 2013
La causa del matrimonio entre parejas del mismo sexo ha recibido un formidable respaldo del Tribunal Supremo de Estados Unidos con dos sentencias que, sin entrar en su legalidad en el conjunto del país, consagran la igualdad de derechos de los homosexuales y despejan el camino para el reconocimiento universal de una realidad que cambiará para siempre la fisonomía de esta sociedad. De paso, los nueve jueces veladores de la Constitución norteamericana aportan argumentos contundentes a favor de un movimiento que avanza incontenible en todo el mundo.
En dos decisiones muy ajustadas que coronan varios años de esfuerzos individuales, apasionado debate público y múltiples procesos judiciales, el Supremo ha declarado inconstitucional la ley que limita el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer, y ha rechazado la decisión del estado de California de prohibir el matrimonio gay. Con estas medidas –ambas adoptadas por 5 contra 4-, los magistrados están advirtiendo que los homosexuales casados están protegidos por los mismos derechos y amparados por las mismas leyes que los heterosexuales, incluidos todos los beneficios sociales, y, probablemente, aunque esto aún motivo de interpretación, que nadie puede abrogarse el poder de prohibir expresamente los matrimonios gais.
El Supremo no se pronuncia sobre la legalidad de esos matrimonios en todo el país. Es decir, no defiende expresamente la necesidad de una ley federal que permita las uniones entre homosexuales, entre otras razones, porque no era esa la cuestión que había llegado hasta esa instancia. Pero respalda todas las decisiones judiciales previas a favor del matrimonio gay y rechaza todos los argumentos presentados en su contra. Como se hizo visible desde las primeras reacciones, ha sido una histórica victoria para la causa homosexual y una amarga derrota de los defensores del matrimonio tradicional.
Argumentando en nombre de la mayoría, el juez Anthony Kennedy sostuvo que la DOMA, la ley que define el matrimonio como una institución entre hombre y mujer –que fue aprobada en 1996 y firmada por Bill Clinton, quien después expresó su arrepentimiento- “viola la Quinta Enmienda de la Constitución al hacer unos matrimonios más respetados que otros”. En la opinión en nombre de la minoría, Antonin Scalia, dijo que sus compañeros que votaron diferente creen que “esto es una historia en blanco en negro, cuando la realidad es mucho más compleja”. En la decisión contra definición del matrimonio, Kennedy, el centrista que suele oscilar, se sumó a los cuatro progresista. En el caso de la ley de California, la mayoría estuvo conformada por dos conservadores y tres progresistas.
El presidente Barack Obama se felicitó por “esta victoria para las parejas que llevan mucho tiempo luchando por ser tratadas por igual ante la ley, para los hijos de matrimonios que ahora tendrán que ser reconocidos como legítimos, para las familias que tendrán el respeto y protección que merecen, para los amigos y seguidores que han trabajado mucho para convencer a la nación de que este cambio era para mejor”.
Obama, que ha ido evolucionando en los últimos años hasta su pleno respaldo al matrimonio homosexual, tiene ahora por delante una ardua tarea para adaptar todas las leyes del país referidas al matrimonio de forma que se garantice hasta el mínimo detalle el cumplimiento de la decisión del Supremo.
“Hoy es un gran día para Estados Unidos. Hoy vamos a regresar a California y vamos a poder casarnos. Hoy vamos a ser todos un poco más iguales”, manifestó Kristin Perry, una de las demandantes de la ley de California, conocida como Proposición 8. Edith Windsor, la persona que llevó hasta aquí su batalla contra la DOMA, se alegró de que “ahora todos los niños de matrimonios gais tendrán la misma dignidad que el resto”. Otro de los firmantes de la demanda contra la Proposición 8, Paul Katami recordó que, pese al progreso obtenido en el día de ayer, “la igualdad no es aún total y es necesario seguir luchando”.
Con estas sentencias, serán ya 13 los estados que permitan el matrimonio homosexual. Cuando se consume su legalización en California, un 30% de los norteamericanos vivirán en territorios amparados por ese derecho. Pero el Supremo, en efecto, no se pronuncia sobre la situación en los estados en los que no existe aún la posibilidad de casarse para los homosexuales ni les obliga a sumarse a esa iniciativa.
Tampoco era esa su misión en esta oportunidad. Los magistrados tenían que decidir sobre el caso de una mujer a la que se obligaba a pagar unos impuestos sobre la herencia de su difunta esposa de los que están excluidos los matrimonios heterosexuales. La DOMA contiene otro apartado en el que pide a los estados que no reconozcan las bodas gais, pero ese aspecto no estaba a consideración en el tribunal. En el caso de la Proposición 8, lo que hacen los jueces es invalidarla por razones técnicas y negarle a los proponentes la posibilidad de apelación, con lo que, en la práctica, se autoriza el matrimonio en ese estado.
El Supremo ha ido, por tanto, todo lo lejos que podía ir en esta ocasión, y sienta una doctrina que, sin duda, será utilizada por los activistas gais para tratar de extender sus derechos hasta aquellos lugares en los que todavía no los tienen. Las decisiones del Supremo suelen son la base de algunas de las principales transformaciones experimentadas por este país a lo largo de su historia. Fue una sentencia de ese tribunal en 1973 lo que permitió legalizar el aborto o lo que acabó en 1954 con la discriminación racial en las escuelas.
Como en esas y otras fechas históricas, el Supremo se hace eco en esta ocasión de un estado de opinión en la calle que, de forma paulatina, ha progresado hacia la aceptación del matrimonio homosexual. Si en 2004 eran poco más del 30% los norteamericanos que lo respaldaban, en 2008 se avanzó hasta el 44% y hoy ha llegado hasta el 55%.
También, como ocurrió con el aborto, los opositores del matrimonio homosexual buscarán ahora las vías legales para continuar su lucha contra una decisión que, para grupos religiosos y otros, constituye un ataque a las tradiciones y los valores humanos. El líder de los republicanos en el Congreso, John Boehner, declaró que confía en que “el debate sobre el matrimonio continúe en la plaza pública y en que los estados definan el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer”.
elpaís.com - Antonio Caño - Washington - 26 JUN 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
La vida normal de un número uno
Anatolio, en el Paseo de Dr. Vallejo Nágera, en Acacias. / kike para
Le llaman Anato, Anacleto, Anasta, Anabólico o Tony, entre la burla y el cariño. Salvo por algunas maldades de los niños en Primaria, el madrileño de 18 años que ha sacado la mejor nota en selectividad —un 9,95— y se ha empeñado en usarlo para defender la enseñanza pública, vive encantado con su nombre. “Todo el mundo se acuerda de Anatolio”, suelta con una sonrisa que le estrecha los ojos. Su madre se resistía a que su hijo heredara el nombre de su abuelo y de su padre. Decía que le podía estigmatizar. Nada más lejos.
Criado en el barrio de Acacias, en una familia de clase media alta, Anatolio Alonso no forma parte de ningún club de lectura, de ajedrez o scrabble. De cuerpo atlético, gestos de haber roto algún que otro plato e incansable idealismo. Entre sus amigos —Gómez, Germán, David y Lloren— se le ve suelto y risueño. Hablan por igual tanto de chicas, como de los efectos de los recortes en la enseñanza pública; del “quién se enrolla con quién” al “solo traen materiales a la escuela para hacerse la foto”. Parece simplemente un grupo algo adelantado a su edad, más universitarios que chicos que acaban de examinarse de la selectividad. A veces se equivocarán, otras podrían pecar de ingenuidad; muchas, seguro que aciertan.
Para Anatolio y su pandilla, “el barrio es sagrado”. Los viernes, después de pasar por el Instituto Británico, donde cursa el nivel más avanzado, Anatolio se reúne con ellos en el parque de Peñuelas, a escasos metros del Instituto Juan de la Cierva, donde se conocieron. Un espacio con albero, columpios, alguna zona verde y una fuente seca. “No quedamos para beber. Si acaso, alguna sangría”, asegura. Si no están por allí, se les puede ver por el Pasi (Paseo del doctor Vallejo) y si no, van a Lavapiés o Malasaña. “Cada vez queda menos gente para salir en el barrio”, comentan.
Lo de Anabólico se lo dicen por su obsesión con el deporte. De segundo de Primaria hasta el año pasado, su dedicación era el baloncesto. Entonces cambió al atletismo. Los martes y jueves va a hacer sesiones con su entrenador en el Polideportivo Municipal de Orcasitas. Los lunes, miércoles y viernes sale a correr por su cuenta a El Retiro o a Madrid Río. Sus amigos bromean diciendo que cuando aparecen las chicas, aprovecha para quitarse la camiseta de manera indisimulada.
Contra lo que pueda parecer, Anato no pisa una biblioteca. Ha estudiado para los exámenes de selectividad en su casa. “Me pongo una hora y luego descanso. No tengo un método”, explica. De sus padres, Anatolio Alonso, subdirector del Fondo Eurpeo de Desarollo Regional (FEDER), y Laura Crespo, investigadora, ha heredado las buenas notas y las inquietudes. “Nunca me han forzado a estudiar o me han exigido nada”, señala.
Marisa Aguirre, que fue profesora y tutora de Anatolio, dice que no es “ni pedante ni líder, pero sí totalmente integrado con sus compañeros”. Él tiene decidido que va a estudiar medicina, y en el futuro no le importaría meterse en política, pero tiene sus reparos. “En las juventudes de los partidos no llega el que más se lo merece. Alguien tendrá que meterse ahí para reventarlo por dentro”, exclama.
Lo cierto es que parece que apunta maneras. Su discurso enseguida se encauza en aquello que quiere transmitir. “¿Por qué dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades en educación si hay niños sin escolarizar? ¿Por qué en sanidad todavía hay listas de espera?”, se pregunta moviendo los brazos para marcar el ritmo.
Su amigo Gómez tira de anecdotario para describirlo. “Estamos con dos chicas y, de repente, se pone a hablar de los milicianos de la Guerra Civil, y claro, me lo tengo que llevar”, bromea.
En realidad este es un tema que le apasiona. Lector de Manuel Chaves Nogales, del que destaca su A sangre y fuego, y admirador de Manuel Azaña, le interesa sobre todo las historias de las Brigadas Internacionales: “Gente de distintos países que luchaba por sus ideas”. Dicen sus amigos que él también es un idealista y que incluso en los momentos más inoportunos se empeña en razonar.
Ahora, tras el estudio, toca vacaciones en Gandía. “No creas que vamos en plan intelectual”, concluye.
elpaís.com - Antonio Nieto - Madrid - 25 JUN 2013
Le llaman Anato, Anacleto, Anasta, Anabólico o Tony, entre la burla y el cariño. Salvo por algunas maldades de los niños en Primaria, el madrileño de 18 años que ha sacado la mejor nota en selectividad —un 9,95— y se ha empeñado en usarlo para defender la enseñanza pública, vive encantado con su nombre. “Todo el mundo se acuerda de Anatolio”, suelta con una sonrisa que le estrecha los ojos. Su madre se resistía a que su hijo heredara el nombre de su abuelo y de su padre. Decía que le podía estigmatizar. Nada más lejos.
Criado en el barrio de Acacias, en una familia de clase media alta, Anatolio Alonso no forma parte de ningún club de lectura, de ajedrez o scrabble. De cuerpo atlético, gestos de haber roto algún que otro plato e incansable idealismo. Entre sus amigos —Gómez, Germán, David y Lloren— se le ve suelto y risueño. Hablan por igual tanto de chicas, como de los efectos de los recortes en la enseñanza pública; del “quién se enrolla con quién” al “solo traen materiales a la escuela para hacerse la foto”. Parece simplemente un grupo algo adelantado a su edad, más universitarios que chicos que acaban de examinarse de la selectividad. A veces se equivocarán, otras podrían pecar de ingenuidad; muchas, seguro que aciertan.
Para Anatolio y su pandilla, “el barrio es sagrado”. Los viernes, después de pasar por el Instituto Británico, donde cursa el nivel más avanzado, Anatolio se reúne con ellos en el parque de Peñuelas, a escasos metros del Instituto Juan de la Cierva, donde se conocieron. Un espacio con albero, columpios, alguna zona verde y una fuente seca. “No quedamos para beber. Si acaso, alguna sangría”, asegura. Si no están por allí, se les puede ver por el Pasi (Paseo del doctor Vallejo) y si no, van a Lavapiés o Malasaña. “Cada vez queda menos gente para salir en el barrio”, comentan.
Lo de Anabólico se lo dicen por su obsesión con el deporte. De segundo de Primaria hasta el año pasado, su dedicación era el baloncesto. Entonces cambió al atletismo. Los martes y jueves va a hacer sesiones con su entrenador en el Polideportivo Municipal de Orcasitas. Los lunes, miércoles y viernes sale a correr por su cuenta a El Retiro o a Madrid Río. Sus amigos bromean diciendo que cuando aparecen las chicas, aprovecha para quitarse la camiseta de manera indisimulada.
Contra lo que pueda parecer, Anato no pisa una biblioteca. Ha estudiado para los exámenes de selectividad en su casa. “Me pongo una hora y luego descanso. No tengo un método”, explica. De sus padres, Anatolio Alonso, subdirector del Fondo Eurpeo de Desarollo Regional (FEDER), y Laura Crespo, investigadora, ha heredado las buenas notas y las inquietudes. “Nunca me han forzado a estudiar o me han exigido nada”, señala.
Marisa Aguirre, que fue profesora y tutora de Anatolio, dice que no es “ni pedante ni líder, pero sí totalmente integrado con sus compañeros”. Él tiene decidido que va a estudiar medicina, y en el futuro no le importaría meterse en política, pero tiene sus reparos. “En las juventudes de los partidos no llega el que más se lo merece. Alguien tendrá que meterse ahí para reventarlo por dentro”, exclama.
Lo cierto es que parece que apunta maneras. Su discurso enseguida se encauza en aquello que quiere transmitir. “¿Por qué dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades en educación si hay niños sin escolarizar? ¿Por qué en sanidad todavía hay listas de espera?”, se pregunta moviendo los brazos para marcar el ritmo.
Su amigo Gómez tira de anecdotario para describirlo. “Estamos con dos chicas y, de repente, se pone a hablar de los milicianos de la Guerra Civil, y claro, me lo tengo que llevar”, bromea.
En realidad este es un tema que le apasiona. Lector de Manuel Chaves Nogales, del que destaca su A sangre y fuego, y admirador de Manuel Azaña, le interesa sobre todo las historias de las Brigadas Internacionales: “Gente de distintos países que luchaba por sus ideas”. Dicen sus amigos que él también es un idealista y que incluso en los momentos más inoportunos se empeña en razonar.
Ahora, tras el estudio, toca vacaciones en Gandía. “No creas que vamos en plan intelectual”, concluye.
elpaís.com - Antonio Nieto - Madrid - 25 JUN 2013
miércoles, 19 de junio de 2013
lunes, 17 de junio de 2013
Un niño gay consigue retirarle un premio a un político homófobo
Esta es una de esas historias que encanta contar. El protagonista de esta noticia se llama Marcel Neergard, y es un niño abiertamente gay que acaba de lograr que le retiren un premio a un político homófobo estadounidense.
El político en cuestión es John Ragan, legislador por el Partido Republicano en el estado de Tenessee, y hace un año fue premiado por la organización StudentsFirst como “Reformador del año”. El caso es que este político impulsó hace unos meses una enmienda, que por suerte no ha llegado a ser ley, que buscaba prohibir que en las escuelas se hablara sobre la homosexualidad.
Y este niño de 11 años se ha convertido en todo un héroe al lograr que la organización le retire el premio a este político. ¿Y cómo lo ha hecho? Recogiendo 50.000 firmas en la plataforma Moveon.org para lograr que la organización que le concedió el premio accediera a retirárselo.
Probablemente, pocos niños hay que tengan esa capacidad de reacción con 11 años. Pero el caso de Marcel Neergard es especial, ya que ha sufrido un intenso acoso por su orientación sexual en el colegio. De hecho, ha tenido que estudiar sexto de primaria en casa por el acoso sufrido el curso anterior en la escuela, y ha llegado incluso a pensar en suicidarse.
Una experiencia que sin duda te marca y te hace madurar hasta el punto de ser capaz de tratar de frenar a un político homófobo que pretendía impulsar la homofobia en las escuelas del estado, prohibiendo incluso que los profesores puedan ayudar a los niños gays que sufran bullying.
Por suerte, desde StudentsFirst han atendido la petición de este niño y han retirado el premio al político. Su responsable, Michelle Rhee, ha explicado que el niño no está solo, a la par que ha alabado el coraje de Neergard al compartir su historia con todo el mundo.
ambienteg.com - 12 de junio de 2013 - Nach.
El político en cuestión es John Ragan, legislador por el Partido Republicano en el estado de Tenessee, y hace un año fue premiado por la organización StudentsFirst como “Reformador del año”. El caso es que este político impulsó hace unos meses una enmienda, que por suerte no ha llegado a ser ley, que buscaba prohibir que en las escuelas se hablara sobre la homosexualidad.
Y este niño de 11 años se ha convertido en todo un héroe al lograr que la organización le retire el premio a este político. ¿Y cómo lo ha hecho? Recogiendo 50.000 firmas en la plataforma Moveon.org para lograr que la organización que le concedió el premio accediera a retirárselo.
Probablemente, pocos niños hay que tengan esa capacidad de reacción con 11 años. Pero el caso de Marcel Neergard es especial, ya que ha sufrido un intenso acoso por su orientación sexual en el colegio. De hecho, ha tenido que estudiar sexto de primaria en casa por el acoso sufrido el curso anterior en la escuela, y ha llegado incluso a pensar en suicidarse.
Una experiencia que sin duda te marca y te hace madurar hasta el punto de ser capaz de tratar de frenar a un político homófobo que pretendía impulsar la homofobia en las escuelas del estado, prohibiendo incluso que los profesores puedan ayudar a los niños gays que sufran bullying.
Por suerte, desde StudentsFirst han atendido la petición de este niño y han retirado el premio al político. Su responsable, Michelle Rhee, ha explicado que el niño no está solo, a la par que ha alabado el coraje de Neergard al compartir su historia con todo el mundo.
ambienteg.com - 12 de junio de 2013 - Nach.
domingo, 16 de junio de 2013
viernes, 14 de junio de 2013
domingo, 9 de junio de 2013
viernes, 7 de junio de 2013
jueves, 6 de junio de 2013
miércoles, 5 de junio de 2013
Bradley Taylor y Dylan Meehan hablan antes de su baile de graduación
Pues estos son Dylan Meehan y Brad Taylor dos jóvenes norteamericanos que se presentaron y fueron elegidos la pareja más mona de su año y así de juntitos aparecen en el anuario de su instituto. Puede parecer una tontería solmene, lo sé, a mi al principio me lo ha parecido.
Pero pensemos por partes. Son la primera pareja gay que aparece en un anuario del Carmel High School, insituto público de Carmel, Indiana y casi que diría de todo Estados Unidos. Esa foto en ese anuario estará allí por los tiempos de los tiempos. Es como esa foto de la primera mujer afroamericana en ir a la universidad.
Ahora te parece absurdo darle importancia a una persona de color en un anuario o en una orla. Imagino y espero que dentro de unos años pasará lo mismo con este tipo de fotos.
Todo el revuelo se montó porque una amiga de ambos (la del vestido dorado que aparece en el vídeo) subió una foto a su Tumblr comentando lo orgullosa que estaba de sus amigos y de su instituto, por demostras normalidad y una apertura de mente. Desde entonces la foto empieza a ser retumbleada y comentada y compartida.
Creo que tanto Bradley como Dylan están más guapos en la foto que tan peripuestos en el vídeo para su prom night. Pero bueno. Básicamente cuentan que la hermanastra de uno de ellos también se había presentado a pareja mona pero al final, ganó la pareja gay.
Al acabar el instituto ambos van a ir a la misma universidad, en Nueva York. Pues nada nos alegramos por el importante paso que la pareja más mona del Carmel ha dado.
ambienteg.com - peibols - 04 de junio de 2013
Video | Lohud