viernes, 31 de mayo de 2013

Celebrada la primera boda entre personas del mismo sexo en Francia


Como estaba previsto, la primera boda entre dos personas del mismo sexo se ha celebrado en Francia este 29 de mayo, apenas once días después de la promulgación de la ley de matrimonio igualitario. Los novios han sido Vincent Autin y Bruno Boileau, ambos militantes por los derechos LGTB en Montpellier, cuya alcaldesa ha oficiado el enlace. Lamentablemente, en un día de felicidad como este no ha faltado la barbarie homófoba: en el exterior del edificio consistorial se han arrojado bengalas incendiarias, procediéndose a varias detenciones por parte de un dispositivo policial de grandes proporciones.

La ceremonia, a la que han asistido representantes políticos como la ministra de los Derechos de la Mujer y portavoz del gobierno Najat Vallaud-Belkacem y los ponentes de la ley de matrimonio igualitario Jean-Pierre Michel y Erwann Binet, ha sido retransmitida por las distintas cadenas nacionales. Se inició a los acordes de Love de Nat King Cole, que sonaba mientras los contrayentes atravesaban la plaza del ayuntamiento, entre grandes aplausos y escasos abucheos. Al evento asistían más de 600 invitados, entre familiares, amigos y representantes políticos y de las asociaciones de defensa de los derechos LGTB. Precisamente, Vincent Autin es el responsable de la Inter-LGBT en la zona de Montpellier Languedoc-Rousillon, y lleva compartiendo su vida con Bruno diez años.

La alcaldesa de Montpellier comenzó su discurso ceremonial con certeras palabras para los novios y los presentes: “Vincent, Bruno, este es el día con el que habíais soñado, con el que habíamos soñado. Hoy ese sueño se hace realidad. Vamos a vivir, vosotros nos haréis vivir, un momento histórico (…) Vuestra historia se une en este día a la de todo un país, a toda una sociedad que progresa, que lucha contra todas las formas de discriminación (…) A los que todavía no lo han entendido, les recordaría una frase de Benjamin Franklin: ‘un pueblo dispuesto a sacrificar un poco de libertad por un poco de seguridad no se merece ni la una ni la otra y acaba por perder las dos’”. No pudo evitar la edil el recuerdo a la dureza con que los intolerantes han actuado durante todo el proceso de aprobación de la ley: “¿Qué ha ocurrido en nuestro país para que el simple hecho de instituir hoy el matrimonio igualitario haya desencadenado tanto odio, tanta violencia, tanta división?, ¿acaso no se trata de permitir a algunos miles de ciudadanos el vivir su amor con plenitud?”.


Formalizada la obligada lectura de los artículos pertinentes del Código Civil, se procedió a la esperada pregunta, oída por primera vez en una institución oficial de la República Francesa: “Vincent, ¿quieres tomar por esposo a Bruno?; Bruno, ¿quieres tomar por esposo a Vincent?”. El sí de ambos y el consiguiente beso tras el  “os declaro unidos en matrimonio” hizo estallar los aplausos de los presentes y que comenzaran las notas del Love and Marriage de Frank Sinatra. 

Los novios, que han elegido llamarse desde ahora Vincent y Bruno Boileau-Autin, procedieron a firmar en el registro, tras lo que dirigieron algunas palabras a sus invitados y a quienes se congregaban en el exterior. Vincent, mostrando su anillo de bodas, decía: “es un auténtico símbolo, es el amor que ha triunfado sobre el odio”, para continuar expresando su agradecimiento a “todos los militantes y asociaciones que han luchado por nosotros, con nosotros”, a lo que añadía un “me gustaría besaros a todos. Esta historia es vuestra, es vuestra victoria”. No olvidó que el hecho de ser esta la primera boda tras la aprobación del matrimonio igualitario fue una promesa de la portavoz del gobierno, a la que se dirigió con un “lo hemos logrado, Najat. Te agradezco mucho que hayas venido”. Las madres de ambos también tuvieron palabras de emoción. Si Evelyn Autin, la madre de Vincent, declaraba que “mi corazón está lleno de dicha. No puedo ser más feliz”, la madre de Bruno recordaba: “hemos sufrido hasta llegar a este día. Pero es un momento de júbilo. Recordaré toda mi vida la boda de mi hijo”.

La nota discordante la pusieron algunos homófobos que, en el exterior del recinto del ayuntamiento, lanzaron bengalas incendiarias hacia los dispositivos de los medios de comunicación. La policía comunicó que se había procedido a detener a los responsables. Precisamente el temor a hechos violentos de este tipo había causado que el dispositivo de seguridad asignado fuera excepcional: unos 100 policías y un destacamento de 80 gendarmes. Aunque los disturbios no llegaron a más, en un breve mensaje de móvil de Jack Lang, que la alcaldesa de Montpellier hizo llegar a los novios, el antiguo ministro de Educación y Cultura expresaba sus mejores deseos para ambos, pero también detallaba la violencia con que se había encontrado: “Queridos Vincent y Bruno, vuestra felicidad me hace feliz a mí. Me complace que nuestra lucha haya culminado. Aunque habrá más escaramuzas. Ayer en el tren a Marsella, fui violentamente agredido por un grupo de opositores. Viva el amor, viva la vida”.

Francia: el país más homófobo de la Europa occidental…


Precisamente una encuesta dada a conocer por  World Values Survey, que trata de revisar las diversas actitudes morales y políticas en los distintos países a lo largo de dos décadas, refleja datos preocupantes en lo que respecta a los ciudadanos franceses. A la pregunta de si querría tener un vecino homosexual, un 28,8% de los franceses contestaron “no”, lo que contrasta con el 3,6% de los suecos o el 7,4% de los españoles que también habían respondido negativamente.  Aunque la cifra está muy alejada de los porcentajes en la Europa oriental (el 66% de los rusos, el 51,3% de los polacos o el 92,6% de los georgianos se muestran contrarios a tener cerca a un homosexual), el dato francés es muy superior al de los otros grandes países de la Europa occidental: el Reino Unido alcanza un 16,8% y Alemania un 15,4% (ambos con porcentajes que sobrepasan el doble del dato español). Tan solo Italia se aproxima a Francia con un 23,6%.

… y también más homófobo que Argentina, Uruguay o Brasil


Por otra parte, América Latina ofrece interesantes porcentajes a este respecto, haciendo quizás patente que la normalización oficial también influye en la percepción de los ciudadanos, tal como parece reflejar el excelente dato español. Dato incluso mejorado por el escaso 6,4% de argentinos que se mostraron contrarios a tener un vecino homosexual. También lo hicieron un 16,3% de los uruguayos, que acaban de lograr recientemente la igualdad legal para su población LGTB, cifra muy semejante a la británica. El porcentaje ya asciende al 21,8% en Brasil y al 35% en Chile. Más al norte, donde apenas si hay políticas de apoyo al colectivo LGTB, los porcentajes son todos superiores al 40%, con la excepción de México, donde se queda en un 29,8%.

dosmanzanas.com - Calibán - 30 mayo 2013

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